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jueves, 12 de julio de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 162: Job 25-29


Job
..Capítulo 25
Bildad lamenta el estado inferior del hombre y lo clasifica como gusano.

1 Entonces respondió Bildad, el suhita, y dijo:

2

El señorío y el temor están con él;
él hace paz en sus alturas.

3

¿Tienen sus ejércitos número?
¿Y sobre quién no se levanta su luz?

4

¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios?
¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?

5

He aquí que ni aun la misma luna es resplandeciente,
ni las estrellas son limpias delante de sus ojos,

6

¡cuánto menos el hombre, que es un gusano,
y el hijo de hombre, también gusano!

Job
..Capítulo 26

Job reprende la insensibilidad de Bildad — Job ensalza el poder, la grandeza y la fortaleza de Jehová.

1 Entonces respondió Job y dijo:

2

¿En qué ayudaste al que no tiene fuerzas?
¿Has amparado al brazo sin fuerza?

3

¿En qué aconsejaste al que no tiene sabiduría,
y qué sana sabiduría has dado a conocer?

4

¿A quién has anunciado palabras,
y de quién es el espíritu que procede de ti?

5

Las sombras de los muertos se retuercen
debajo de las aguas, y también los habitantes de éstas.

6

El Seol está descubierto delante de él,
y el Abadón no tiene cobertura.

7

Él extiende el norte sobre el vacío;
cuelga la tierra sobre la nada.

8

Encierra las aguas en sus nubes,
y las nubes no se rompen debajo de ellas.

9

Él encubre la faz de su trono,
y sobre él extiende su nube.

10

Ha puesto límite a la superficie de las aguas,
hasta el confín de la luz y de las tinieblas.

11

Las columnas del cielo tiemblan
y se espantan ante su reprensión.

12

Él agita el mar con su poder,
y con su entendimiento hiere su arrogancia.

13

Con su espíritu adornó los cielos;
su mano traspasó la serpiente tortuosa.

14

He aquí, estas cosas son los bordes de sus caminos.
¡Y cuán leve es el susurro de la palabra que hemos oído de él!
Pero el trueno de su poder, ¿quién lo podrá comprender?

Job
..Capítulo 27

Job afirma su rectitud — Cuando el malvado muera y sea sepultado, terrores se apoderarán de él.

1 Y continuó Job su discurso y dijo:

2

Vive Dios, que ha quitado mi derecho,
y el Omnipotente, que ha amargado el alma mía,

3

que todo el tiempo que mi aliento esté en mí
y haya espíritu de Dios en mis narices,

4

mis labios no hablarán iniquidad
ni mi lengua pronunciará engaño.

5

Nunca tal acontezca que yo os justifique;
hasta que muera, no quitaré de mí mi integridad.

6

A mi justicia me aferro y no la cederé;
no me reprochará mi corazón mientras viva.

7

Sea como el malvado mi enemigo,
y como el inicuo el que se levanta contra mí.

8

Porque, ¿cuál es la esperanza del impío, por mucho que haya robado,
cuando Dios le quite la vida?

9

¿Oirá Dios su clamor
cuando la tribulación venga sobre él?

10

¿Se deleitará en el Omnipotente?
¿Invocará a Dios en todo tiempo?

11

Yo os enseñaré acerca del poder de Dios;
no esconderé lo que concierne al Omnipotente.

12

He aquí que todos vosotros lo habéis visto;
¿por qué, pues, os habéis hecho tan enteramente vanos?

13

Ésta es la porción de parte de Dios para el hombre malvado,
y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente:

14

Si sus hijos se multiplican, serán entregados a la espada,
y sus pequeños no se saciarán de pan;

15

los que de él queden morirán y serán sepultados,
y no llorarán sus viudas.

16

Si amontona plata como polvo,
y si apila ropa como barro,

17

la habrá apilado él, mas el justo se vestirá con ella,
y el inocente repartirá la plata.

18

Edifica su casa como la polilla,
como enramada que hace el guardia.

19

Rico se acuesta, pero no será recogido;
abrirá sus ojos y ya no será nada.

20

Se apoderarán de él terrores como aguas;
el torbellino lo arrebatará de noche.

21

El viento solano lo levanta y se lo lleva,
y la tempestad lo arrebata de su lugar.

22

Dios, pues, descargará contra él y no perdonará;
ciertamente procurará huir de su mano.

23

Batirán las manos contra él,
y desde su lugar le silbarán.

Job
..Capítulo 28


La riqueza proviene de la tierra — La sabiduría no se puede comprar — El temor de Jehová es sabiduría; y el apartarse del mal, entendimiento.

1

Ciertamente la plata tiene sus veneros,
y el oro, lugar donde se refina.

2

El hierro se saca del polvo,
y de la piedra se funde el cobre.

3

A las tinieblas pone término,
y examina hasta lo más remoto,
la piedra de la oscuridad y la sombra de muerte.

4

Abre un venero lejos de lo habitado,
en lugares olvidados por el pie del hombre;
allí, suspendidos, se balancean lejos de los demás hombres.

5

De la tierra proviene el pan,
y debajo de ella está revuelta como por fuego.

6

Sus piedras son sitio de zafiros,
y su polvo contiene oro.

7

Es una senda que ave de rapiña nunca conoció,
ni ojo de halcón vio;

8

cachorros de fieras altivas nunca la pisaron,
ni león pasó por ella.

9

En el pedernal puso su mano,
y trastornó de raíz los montes.

10

Entre los peñascos cortó ríos,
y sus ojos vieron todo lo preciado.

11

Detuvo los ríos para que no se desbordasen,
e hizo salir a luz lo escondido.

12

Mas, ¿dónde se hallará la sabiduría?
¿Y dónde está el lugar del entendimiento?

13

No conoce su valor el hombre,
ni se halla en la tierra de los vivientes.

14

El abismo dice: No está en mí,
y el mar dice: Ni conmigo.

15

No se dará a cambio de oro,
ni su precio será a peso de plata.

16

No puede ser evaluada con oro de Ofir,
ni con ónice precioso ni con zafiro.

17

El oro no la igualará, ni el cristal,
ni se cambiará por objetos de oro fino.

18

No se hará mención de coral ni de cristal;
la sabiduría vale más que las piedras preciosas.

19

No se igualará con ella el topacio de Etiopía,
ni se evaluará con el oro fino.

20

¿De dónde, pues, procede la sabiduría?
¿Y dónde está el lugar del entendimiento?

21

Porque encubierta está a los ojos
de todo viviente, y a toda ave del cielo le es oculta.

22

El Abadón y la muerte dijeron:
Su fama hemos oído con nuestros oídos.

23

Dios entiende el camino de ella
y conoce su lugar,

24

porque él mira hasta los confines de la tierra,
y ve debajo de todos los cielos.

25

Al dar peso al viento,
y medir las aguas por partes,

26

cuando él hizo ley para la lluvia
y camino para el relámpago del trueno,

27

ya entonces la veía él y la manifestaba;
la preparó y también la escudriñó.

28

Y dijo al hombre:
He aquí que el temor del Señor es la sabiduría;
y el apartarse del mal, el entendimiento.

Job
..Capítulo 29


Job recuerda su prosperidad y grandeza pasadas — Fue bendecido por motivo de su rectitud, de su caridad y de sus buenas obras.

1 Y reanudó Job su discurso y dijo:

2

¡Quién me diera que volviese a ser como en los meses pasados,
como en los días en que Dios me guardaba,

3

cuando hacía resplandecer su lámpara sobre mi cabeza,
y a su luz yo caminaba en la oscuridad,

4

como era yo en los días de mi juventud,
cuando el secreto de Dios estaba sobre mi tienda;

5

cuando el Omnipotente aún estaba conmigo,
y mis hijos alrededor de mí;

6

cuando lavaba yo mis pasos con cuajada,
y la piedra me derramaba ríos de aceite!

7

Cuando yo salía a la puerta de la ciudad,
y en la plaza hacía preparar mi asiento,

8

los jóvenes me veían y se escondían;
y los ancianos se levantaban y permanecían de pie.

9

Los príncipes detenían sus palabras
y ponían la mano sobre su boca;

10

la voz de los principales se apagaba,
y su lengua se pegaba a su paladar.

11

Cuando los oídos que me oían me llamaban bienaventurado,
y los ojos que me veían daban testimonio de mí,

12

porque yo libraba al pobre que clamaba,
y al huérfano y al que carecía de ayudador.

13

La bendición del que iba a perecer venía sobre mí,
y al corazón de la viuda yo daba alegría.

14

Me vestía de rectitud, y ella me cubría;
como manto y turbante era mi juicio.

15

Yo era ojos para el ciego
y pies para el cojo.

16

Para los menesterosos era padre;
y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia;

17

y quebraba los colmillos del inicuo,
y de sus dientes hacía soltar la presa.

18

Y decía yo: En mi nido moriré,
y como arena multiplicaré mis días.

19

Mi raíz estaba abierta junto a las aguas,
y en mis ramas permanecía el rocío.

20

Mi honra se mantenía fresca en mí,
y mi arco se renovaba en mi mano.

21

Me escuchaban y esperaban,
y callaban ante mi consejo.

22

Tras mi palabra no replicaban,
y mi razón destilaba sobre ellos.

23

Y me esperaban como a la lluvia,
y abrían su boca como a la lluvia tardía.

24

Si me reía con ellos, no lo creían;
y no abatían la luz de mi rostro.

25

Yo escogía el camino para ellos, y me sentaba como el jefe.
Y moraba como rey entre las tropas,
como el que consuela a los que lloran.





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