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viernes, 9 de marzo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 64: Deuteronomio 33-34


Deuteronomio..Capítulo 33
Moisés bendice a las tribus de Israel — Leví es bendecido para enseñar los decretos de Jehová y Su ley — José es el más bendecido; se recogerá a Israel en los últimos días — Israel triunfará.

1Y ésta es la bendición con la cual Moisés, varón de Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de morir.

2Y dijo:

Jehová vino de Sinaí,
y de Seir los alumbró;
resplandeció desde el monte Parán
y vino de entre diez millares de santos,
y a su diestra la ley de fuego para ellos.

3

Verdaderamente amó a los pueblos;
todos sus santos están en tu mano;
ellos también se sientan a tus pies
y reciben tus palabras.

4

Moisés nos dio la ley,
la heredad de la congregación de Jacob.

5

Y era rey en Jesurún,
cuando se congregaron los jefes del pueblo
con las tribus de Israel.

6

Viva Rubén, y no muera,
ni sean pocos sus hombres.

7Y para Judá, dijo así:

Oye, oh Jehová, la voz de Judá,
y llévalo a su pueblo;
sus manos le basten,
y tú seas su ayuda contra sus enemigos.

8Y a Leví dijo:

Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso,
a quien probaste en Masah,
y con quien contendiste en las aguas de Meriba;

9

el que dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto;
no reconoció a sus hermanos,
ni conoció a sus propios hijos,
porque ellos guardaron tus palabras
y observaron tu pacto.

10

Ellos enseñarán tus decretos a Jacob
y tu ley a Israel.
Pondrán el incienso delante de ti
y el holocausto sobre tu altar.

11

Bendice, oh Jehová, lo que hagan,
y recibe con agrado la obra de sus manos;
hiere los lomos de sus enemigos
y de los que le aborrezcan, para que nunca se levanten.

12Y a Benjamín dijo:

El amado de Jehová habitará confiado cerca de él;
lo protegerá todo el día,
y entre sus hombros morará.

13Y a José dijo:

Bendita de Jehová sea su tierra,
con lo mejor de los cielos, con el rocío,
y con el abismo que yace abajo,

14

y con los mejores frutos del sol,
y con lo mejor que produce la luna,

15

y con lo mejor de los montes antiguos,
y con lo mejor de los collados eternos,

16

y con lo mejor de la tierra y su plenitud;
y el favor del que habitó en la zarza
venga sobre la cabeza de José,
y sobre la coronilla del consagrado entre sus hermanos.

17

Su gloria es como el primogénito de su toro,
y sus cuernos como cuernos de toro salvaje;
con ellos arrinconará a todos los pueblos hasta los confines de la tierra;
y éstos son los diez millares de Efraín,
y éstos los millares de Manasés.

18Y a Zabulón dijo:

Alégrate, Zabulón, cuando salgas;
y tu Isacar, en tus tiendas.

19

Llamarán a los pueblos al monte;
allí ofrecerán sacrificios de justicia,
por lo cual sorberán la abundancia de los mares
y los tesoros escondidos de la arena.

20Y a Gad dijo:

Bendito el que hizo ensanchar a Gad;
como león habita,
y arrebata brazo y coronilla.

21

Y él se ha provisto de la mejor parte,
porque allí la porción del legislador le fue reservada,
y vino con los jefes del pueblo;
ejecutó la justicia de Jehová,
y sus decretos con Israel.

22Y a Dan dijo:

Dan es cachorro de león
que salta desde Basán.

23Y a Neftalí dijo:

Neftalí, saciado de favores
y lleno de la bendición de Jehová,
posee el occidente y el sur.

24Y a Aser dijo:

Bendito sea Aser con hijos.
Favorecido sea entre sus hermanos
y moje en aceite su pie.

25

De hierro y de bronce serán tus cerrojos,
y como tus días será tu fortaleza.

26

No hay como el Dios de Jesurún,
quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda,
y sobre las nubes con su grandeza.

27

El eterno Dios es tu refugio,
y acá abajo están los brazos eternos;
él echará de delante de ti al enemigo,
y dirá: Destruye.

28

E Israel habitará confiado a solas;
la fuente de Jacob estará
en tierra de grano y de vino;
también sus cielos destilarán rocío.

29

Bienaventurado tú, oh Israel,
¿Quién como tú,
pueblo salvo por Jehová,
escudo de tu socorro
y espada de tu excelencia?
Y tus enemigos serán humillados,
y tú hollarás sus lugares altos.


Deuteronomio..Capítulo 34
Moisés ve la tierra prometida y entonces es llevado por Jehová — Josué dirige a Israel — Moisés fue el profeta más grande de Israel.

1 Y subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan,

2y todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental,

3y la parte meridional, y la llanura y el valle de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar.

4Y le dijo Jehová: Ésta es la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá.

5Y murió allí Moisés, siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme a la palabra de Jehová.

6Y él lo sepultó en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepulcro hasta hoy.

7Y era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.

8Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días. Y así se cumplieron los días de llanto y de luto por Moisés.

9Y Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron e hicieron como Jehová mandó a Moisés.

10Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien Jehová conoció cara a cara,

11por todas las señales y prodigios que le envió Jehová a hacer en la tierra de Egipto contra Faraón y todos sus siervos, y contra toda su tierra,

12y por toda aquella mano poderosa y por todos los hechos grandiosos y terribles que realizó Moisés ante los ojos de todo Israel.




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Lectura con Audio de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 63: Deuteronomio 32


Deuteronomio..Capítulo 32
Israel cantará el cántico de Moisés y aclamará: Dios habla a los cielos y a la tierra; los hijos de Israel eran conocidos en la vida preterrenal; Dios los escogió en esta vida; ellos se olvidaron de la Roca de su salvación; Dios envió terror y una espada y venganza sobre ellos; no hay Dios aparte de Él — Moisés es reunido con su pueblo.

1

Escuchad , cielos, y hablaré;
y oiga la tierra las palabras de mi boca.

2

Goteará como la lluvia mi doctrina;
destilará como el rocío mi palabra,
como la llovizna sobre la grama,
y como las gotas sobre la hierba.

3

Porque el nombre de Jehová proclamaré.
Engrandeced a nuestro Dios.

4

Él es la Roca, cuya obra es perfecta,
porque todos sus caminos son justos;
Es un Dios de verdad y no hay maldad en él.
Es justo y recto.

5

La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha,
generación torcida y perversa.

6

¿Así pagáis a Jehová,
pueblo necio e ignorante?
¿No es él tu padre que te creó?
Él te hizo y te estableció.

7

Acuérdate de los tiempos antiguos;
considera los años de muchas generaciones;
pregunta a tu padre, y él te lo declarará;
a tus ancianos, y ellos te lo dirán.

8

Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones,
cuando hizo dividir a los hijos de Adán,
estableció los límites de los pueblos
según el número de los hijos de Israel.

9

Porque la porción de Jehová es su pueblo;
Jacob, la parte de su heredad.

10

Lo halló en tierra de desierto,
y en yermo horrible y rugiente;
lo protegió, lo cuidó,
y lo guardó como a la niña de sus ojos.

11

Como el águila despierta su nidada,
revolotea sobre sus polluelos,
extiende sus alas, los toma,
y los lleva sobre sus plumas.

12

Jehová solo le guió,
y no hubo con él dios extraño.

13

Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra,
y comió los frutos del campo;
e hizo que sorbiese miel de la peña
y aceite del duro pedernal;

14

mantequilla de vacas y leche de ovejas,
con grosura de corderos
y carneros de Basán; también machos cabríos,
con lo mejor del trigo,
y de la sangre de la uva bebiste vino puro.

15

Pero engordó Jesurún, y dio coces
(engordaste, te hiciste grueso y te cubriste de gordura);
entonces dejó al Dios que lo hizo
y menospreció a la Roca de su salvación.

16

Le provocaron a celos con dioses ajenos,
y le provocaron a ira con abominaciones.

17

Ofrecieron sacrificios a demonios, y no a Dios;
a dioses que no habían conocido,
a nuevos dioses que hacía poco habían surgido,
que no habían temido vuestros padres.

18

De la Roca que te creó te olvidaste;
te has olvidado de Dios, tu creador.

19

Y lo vio Jehová, y los desdeñó
por la provocación de sus hijos y de sus hijas.

20

Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro;
veré cuál será su fin,
porque son una generación perversa,
hijos sin fe.

21

Ellos me provocaron a celos con lo que no es Dios;
me provocaron a ira con sus vanidades;
yo también los provocaré a celos con los que no son un pueblo,
con nación insensata los provocaré a ira.

22

Porque se ha encendido el fuego de mi furor,
y arderá hasta las profundidades del Seol;
y devorará la tierra y sus frutos,
y abrasará los fundamentos de los montes.

23

Yo amontonaré males sobre ellos;
emplearé en ellos mis saetas.

24

Consumidos serán de hambre, y devorados de fiebre ardiente
y de amarga pestilencia;
diente de bestias enviaré también sobre ellos,
con veneno de serpientes de la tierra.

25

Afuera desolará la espada,
y dentro de las casas el terror;
tanto al joven como a la doncella,
al niño de pecho como al hombre cano.

26

Dije que los esparciría,
que haría cesar de entre los hombres el recuerdo de ellos,

27

si no hubiera temido la provocación del enemigo,
y que entendiesen mal sus adversarios,
y que dijesen: Nuestra mano alta
ha hecho todo esto y no Jehová.

28

Porque son nación que carece de consejo,
y no hay en ellos entendimiento.

29

¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto,
que entendieran su final!

30

¿Cómo podría perseguir uno a mil,
y dos hacer huir a diez mil,
si su Roca no los hubiese vendido,
y Jehová no los hubiera entregado?

31

Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca,
y aun nuestros enemigos son de ello jueces.

32

Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos,
y de los campos de Gomorra;
las uvas de ellos son uvas ponzoñosas,
racimos muy amargos tienen.

33

Veneno de serpientes es su vino,
y ponzoña cruel de áspides.

34

¿No tengo yo esto guardado conmigo,
sellado en mis tesoros?

35

Mía es la venganza y la retribución,
a su tiempo su pie resbalará,
porque el día de su aflicción está cercano,
y lo que les está preparado se apresura.

36

Porque Jehová juzgará a su pueblo
y por amor de sus siervos tendrá compasión,
cuando vea que la fuerza de ellos se agota
y que no queda nadie, ni esclavo ni libre.

37

Y él dirá: ¿Dónde están sus dioses,
la roca en que se refugiaban;

38

los que comían la grasa de sus sacrificios
y bebían el vino de sus libaciones?
¡Que se levanten y os ayuden!
Sean para vosotros refugio.

39

Ved ahora que yo, yo soy,
y no hay dioses conmigo;
yo hago morir y yo hago vivir;
yo hiero y yo sano,
y no hay quien pueda librar de mi mano.

40

Porque yo alzaré a los cielos mi mano
y diré: Vivo yo para siempre.

41

Si afilo mi reluciente espada,
y mi mano empuña el juicio,
yo tomaré venganza de mis enemigos,
y daré el pago a los que me aborrecen.

42

Embriagaré de sangre mis saetas,
y mi espada devorará carne:
la sangre de los muertos y de los cautivos,
las cabezas de los jefes del enemigo.

43

Alabad, naciones, a su pueblo,
porque él vengará la sangre de sus siervos,
y tomará venganza de sus enemigos,
y hará expiación por su tierra y por su pueblo.

44Y vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de Nun.

45Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel,

46y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras con las que yo os amonesto hoy, para que las encomendéis a vuestros hijos, para que cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley.

47Porque no os son cosa vana, pues son vuestra vida; y por ellas prolongaréis vuestros días sobre la tierra que vais a poseer cuando paséis el Jordán.

48Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo:

49Sube a estos montes de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel.

50Y morirás en el monte al cual subes y serás reunido con tu pueblo, así como murió Aarón, tu hermano, en el monte Hor y fue reunido con su pueblo;

51por cuanto fuisteis infieles contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba, en Cades, en el desierto de Zin, porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.

52Verás, por tanto, delante de ti la tierra, mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.




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