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lunes, 1 de octubre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 219: Isaías 51-55


Capítulo 51
En los últimos días, Jehová consolará a Sión y recogerá a Israel — Los redimidos irán a Sión en medio de gran gozo — Compárese con 2 Nefi 8.

1Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová; mirad a la piedra de donde fuisteis cortados y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.

2Mirad a Abraham, vuestro padre, y a Sara, que os dio a luz; porque lo llamé a él cuando era uno solo, y lo bendije y lo multipliqué.

3Ciertamente consolará Jehová a Sión; consolará todas sus soledades, y convertirá su desierto en Edén y su soledad en huerto de Jehová; se hallarán en ella alegría y gozo, alabanza y voz de cántico.

4Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía, porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos.

5Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación y mis brazos juzgarán a los pueblos; en mí esperarán las islas, y en mi brazo pondrán su esperanza.

6Alzad a los cielos vuestros ojos y mirad abajo a la tierra, porque los cielos se desvanecerán como el humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir; y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre y mi justicia no perecerá.

7Oídme, los que conocéis rectitud, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre ni tengáis miedo de sus ultrajes.

8Porque como a vestidura los comerá la polilla, como a lana los comerá el gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación de generación en generación.

9Despiértate, despiértate; vístete de poder, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en las generaciones pasadas. ¿No eres tú el que cortó en pedazos a Rahab y el que hirió al dragón?

10¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasasen los redimidos?

11Por tanto, volverán los redimidos de Jehová; irán a Sión cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; obtendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.

12Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que será como el heno?

13¿Ya te has olvidado de Jehová, tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente el furor del que oprime, cuando se disponía a destruir? Mas, ¿dónde está el furor del que oprime?

14El preso agobiado se da prisa para quedar libre; y no morirá en la fosa ni carecerá de su pan.

15Pero yo soy Jehová tu Dios, que agito el mar y hago rugir sus olas. Jehová de los ejércitos es su nombre.

16Y en tu boca he puesto mis palabras y con la sombra de mi mano te he cubierto, para extender los cielos, y fundar la tierra y decir a Sión: Pueblo mío eres tú.

17Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira; hasta los sedimentos del cáliz de aturdimiento bebiste.

18De todos los hijos que dio a luz, no hay quien la guíe; ni quien la tome de la mano, de todos los hijos que crió.

19Estas dos cosas te han acaecido (¿Quién se condolerá de ti?): Asolamiento y destrucción, hambre y espada. ¿Quién te consolará?

20Tus hijos desmayaron; estuvieron tendidos en las encrucijadas de todas las calles, como antílope en la red, llenos del furor de Jehová, de la ira del Dios tuyo.

21Oye, pues, ahora esto, afligida y ebria, pero no de vino.

22Así dijo Jehová, tu Señor y tu Dios, quien aboga por su pueblo: He aquí, he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi furor. Nunca más lo beberás.

23Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Póstrate para que pasemos por encima. Y tú pusiste tu cuerpo como suelo y como calle para los que pasaban.

Capítulo 52

En los últimos días, Sión volverá e Israel será redimido — El Mesías actuará con prudencia y será exaltado.

1¡ Despierta , despierta, vístete de tu poder, oh Sión! ¡Vístete de tus ropas hermosas, oh Jerusalén, ciudad santa! Porque nunca más vendrá a ti el incircunciso ni el impuro.

2Sacúdete el polvo; levántate y siéntate, oh Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sión.

3Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos y sin dinero seréis redimidos.

4Porque así dice Jehová el Señor: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo pasado, para peregrinar allá; y Asiria lo oprimió sin razón.

5Y ahora, ¿qué conmigo aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado de balde? Y los que de él se enseñorean lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.

6Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre; por eso, en aquel día sabrán que yo soy el que habla: Heme aquí.

7¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: Tu Dios reina!

8Tus atalayas alzarán la voz; juntamente darán voces de júbilo, porque ojo a ojo verán cuando Jehová vuelva a traer a Sión.

9Prorrumpid en alabanzas, cantad juntamente, ruinas de Jerusalén, porque Jehová ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén.

10Jehová ha desnudado su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro.

11Apartaos, apartaos, salid de ahí; no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; sed limpios los que lleváis los vasos de Jehová.

12Porque no saldréis apresurados ni iréis huyendo, porque Jehová irá delante de vosotros, y vuestra retaguardia será el Dios de Israel.

13He aquí, mi siervo actuará con prudencia; será exaltado y engrandecido, y será muy enaltecido.

14Como muchos se asombraron de ti (su aspecto fue más desfigurado que el de cualquier otro hombre, y su apariencia más desfigurada que la de los hijos de los hombres),

15así él rociará a muchas naciones. Los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado y entenderán lo que jamás habían oído.

Capítulo 53

Isaías habla acerca del Mesías — Se describen la humillación y los sufrimientos del Mesías — Él pone Su alma como ofrenda por la culpa e intercede por los transgresores — Compárese con Mosíah 14.

1¿Quién ha creído nuestro mensaje? ¿Y a quién se ha manifestado el brazo de Jehová?

2Porque subirá cual renuevo delante de él y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él ni hermosura; y cuando le veamos, no habrá en él atractivo para que le deseemos.

3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores y experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado y no lo estimamos.

4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, herido por Dios y afligido.

5Mas él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados.

6Todos nosotros nos hemos descarriado como ovejas; cada cual se ha apartado por su propio camino; mas Jehová cargó en él la iniquidad de todos nosotros.

7Fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores enmudeció, así no abrió su boca.

8De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la declarará? Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes; por la transgresión de mi pueblo fue herido.

9Y él dispuso con los inicuos su sepultura y con el rico fue en su muerte; aunque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.

10Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su alma como ofrenda por la culpa, verá su linaje, prolongará sus días, y la voluntad de Jehová prosperará en su mano.

11Por la aflicción de su alma verá y quedará satisfecho; por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, y él llevará las iniquidades de ellos.

12Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los poderosos repartirá el botín; porque derramó su vida hasta la muerte y fue contado con los transgresores, habiendo él llevado el pecado de muchos e intercedido por los transgresores.

Capítulo 54

En los últimos días, Sión y sus estacas serán establecidas, e Israel será recogido con misericordia y compasión — Israel triunfará — Compárese con 3 Nefi 22.

1 Regocíjate , oh estéril, la que no daba a luz; prorrumpe en cánticos y da voces de júbilo, la que nunca ha estado de parto, porque más son los hijos de la desolada que los de la casada, ha dicho Jehová.

2Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no escatimes; alarga tus cuerdas y fortalece tus estacas.

3Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda, y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades desoladas.

4No temas, porque no serás avergonzada, ni te humilles, porque no serás agraviada, porque te olvidarás de la vergüenza de tu juventud y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.

5Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.

6Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dice el Dios tuyo.

7Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.

8Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento, mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dice tu Redentor, Jehová.

9Porque esto me será como las aguas de Noé, porque juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti ni te reprenderé.

10Porque los montes se moverán y los collados serán quitados, mas no se quitará de ti mi bondad, ni el convenio de mi paz se romperá, dice Jehová, el que tiene misericordia de ti.

11¡Oh afligida, azotada por la tempestad, sin consuelo! He aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo y sobre zafiros echaré tus cimientos.

12Tus ventanas haré de piedras preciosas y tus puertas de piedras de carbunclo, y todo tu muro de piedras deleitables.

13Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová, y grande será la paz de tus hijos.

14Con rectitud serás adornada; estarás lejos de la opresión, porque no temerás; y lejos del terror, porque no se acercará a ti.

15He aquí, ciertamente se reunirán contra ti, pero no será por parte mía; quien contra ti se reúna, delante de ti caerá.

16He aquí que yo creé al herrero que sopla las brasas en el fuego y que saca la herramienta para su obra; y también he creado al destructor para destruir.

17Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Ésta es la herencia de los siervos de Jehová, y su rectitud viene de mí, dice Jehová.

Capítulo 55

Venid y bebed, porque la salvación es gratuita — Jehová hará un convenio sempiterno con Israel — Buscad a Jehová mientras está cerca.

1Oh los sedientos, ¡Venid a las aguas! Y los que no tienen dinero, ¡venid, comprad y comed! Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

2¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con manjares.

3Inclinad vuestros oídos y venid a mí; escuchad, y vivirá vuestra alma. Y haré con vosotros un convenio sempiterno, las misericordias firmes a David.

4He aquí que yo lo di como testigo a los pueblos, como príncipe y como jefe a las naciones.

5He aquí, llamarás a nación que no conoces, y naciones que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel, que te ha honrado.

6Buscad a Jehová mientras puede ser hallado; llamadle en tanto que está cercano.

7Deje el malvado su camino y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, quien tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, quien será amplio en perdonar.

8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová.

9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come,

11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié.

12Porque con alegría saldréis y en paz seréis conducidos; los montes y los collados prorrumpirán en cánticos delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.

13En lugar de la zarza crecerá el ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá el mirto; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será borrada.

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