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sábado, 2 de junio de 2012

Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 140: 2 Crónicas 19-22


Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 19
Josafat es reprendido por haber ayudado al impío Acab — Josafat ayuda al pueblo a volver a Jehová, establece jueces y administra justicia.

1 Y Josafat, rey de Judá, volvió en paz a su casa en Jerusalén.

2Y le salió al encuentro Jehú hijo de Hanani, el vidente, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha salido de la presencia de Jehová ira contra ti por esto.

3Sin embargo, se han hallado en ti buenas cosas, por cuanto has quitado de la tierra las imágenes de Asera y has dispuesto tu corazón para buscar a Dios.

4Y Josafat habitó en Jerusalén, pero volvió a salir por entre el pueblo, desde Beerseba hasta los montes de Efraín, y los hizo volver a Jehová, el Dios de sus padres.

5Y puso jueces en la tierra en todas las ciudades fortificadas de Judá, ciudad por ciudad,

6y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis, porque no juzgáis en lugar de los hombres, sino en lugar de Jehová, quien está con vosotros cuando juzgáis.

7Ahora, pues, esté sobre vosotros el temor de Jehová; tened cuidado en lo que hacéis, porque en Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas ni admisión de soborno.

8Y puso también Josafat en Jerusalén a algunos de los levitas, y de los sacerdotes y de los jefes de las casas paternas de Israel, para el juicio de Jehová y para los litigios. Y volvieron a Jerusalén.

9Y les mandó, diciendo: Procederéis asimismo con temor de Jehová, con verdad y con corazón íntegro.

10En cualquier litigio que os presenten vuestros hermanos que habitan en las ciudades, entre sangre y sangre, entre ley, mandamiento, estatutos y decretos, los amonestaréis que no pequen contra Jehová, para que no venga ira sobre vosotros ni sobre vuestros hermanos. Haced así y no pecaréis.

11Y he aquí, el sumo sacerdote Amarías será el que os presida en todo asunto de Jehová, y Zebadías hijo de Ismael, príncipe de la casa de Judá, en todos los asuntos del rey; también los levitas serán oficiales delante de vosotros. Esforzaos, pues, y manos a la obra, y Jehová estará con el bueno.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 20

Los amonitas y otros pueblos más atacan a Judá — Josafat y todo el pueblo ayunan y oran — Jahaziel profetiza la liberación de Judá — Los que atacan a Judá luchan entre sí y se destruyen.

1Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra.

2Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, de Siria; y he aquí, ellos están en Hazezón-tamar, que es En-gadi.

3Entonces él tuvo temor; y Josafat se propuso consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.

4Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.

5Entonces Josafat se puso de pie en medio de la congregación de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo,

6y dijo: Jehová, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? ¿No hay en tu mano tal fuerza y poder que no hay quien te resista?

7Dios nuestro, ¿no expulsaste tú a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de tu amigo Abraham para siempre?

8Y ellos han habitado en ella y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:

9Si el mal viene sobre nosotros, o espada, o juicio, o pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa); y en nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.

10Ahora pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, por cuya tierra no permitiste que pasase Israel cuando venían de la tierra de Egipto, de modo que se apartaron de ellos, y no los destruyeron;

11he aquí, ellos nos dan el pago, viniendo a echarnos de tu heredad, que tú nos diste en posesión.

12¡Oh Dios nuestro!, ¿no los juzgarás tú? Porque nosotros no tenemos fuerza para enfrentar a esta multitud tan grande que viene contra nosotros; no sabemos lo que hemos de hacer, mas a ti volvemos nuestros ojos.

13Y todo Judá estaba de pie delante de Jehová, con sus niños, sus esposas y sus hijos.

14Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre quien vino el espíritu de Jehová en medio de la congregación;

15y dijo: Oíd, todo Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande porque no es vuestra la batalla, sino de Dios.

16Descended mañana contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis en el extremo del valle, frente al desierto de Jeruel.

17No tendréis vosotros que pelear en esta ocasión; apostaos, y quedaos quietos y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.

18Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová y adoraron a Jehová.

19Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré para alabar a Jehová, el Dios de Israel, con fuerte y alta voz.

20Y se levantaron temprano por la mañana y salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat se puso de pie y dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados.

21Y después de haber consultado con el pueblo, designó a algunos para que cantasen a Jehová y alabasen en la hermosura de la santidad, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.

22Y cuando comenzaron con cánticos y con alabanzas, Jehová puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir que venían contra Judá, y fueron derrotados.

23Pues los hijos de Amón y de Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los habitantes de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.

24Y cuando vino Judá a la atalaya del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí, sólo había cadáveres tendidos en la tierra, pues ninguno había escapado.

25Y cuando llegaron Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, vestidos y objetos preciosos, los cuales tomaron para sí, tantos que no los podían llevar. Y tres días duró el despojo, porque era mucho.

26Y al cuarto día se reunieron en el valle de Beraca, porque allí bendijeron a Jehová; por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta hoy.

27Y todos los hombres de Judá y los de Jerusalén, con Josafat a la cabeza de ellos, regresaron a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había hecho regocijarse sobre sus enemigos.

28Y vinieron a Jerusalén con salterios, y arpas y trompetas a la casa de Jehová.

29Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquellas tierras cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel.

30Y el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio reposo por todas partes.

31Así reinó Josafat sobre Judá; tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre era Azuba, hija de Silhi.

32Y anduvo en el camino de Asa, su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.

33Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo aún no había dispuesto su corazón para con el Dios de sus padres.

34Los demás hechos de Josafat, los primeros y los postreros, he aquí, están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, de quien se hace mención en el libro de los reyes de Israel.

35Pasadas estas cosas, Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel, el cual era dado a la impiedad,

36y se alió con él para construir naves que fuesen a Tarsis, y construyeron las naves en Ezión-geber.

37Entonces Eliezer hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto te has aliado con Ocozías, Jehová ha destruido tus obras. Y las naves fueron destruidas, y no pudieron ir a Tarsis.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 21

Joram mata a sus hermanos, se casa con la hija de Acab y reina con iniquidad — El profeta Elías profetiza una plaga sobre el pueblo y también la muerte de Joram — Los filisteos y otros hacen la guerra contra Judá — Joram muere de una enfermedad muy penosa.

1 Y durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David. Y reinó en su lugar Joram, su hijo.

2Éste tuvo hermanos, hijos de Josafat: Azarías, y Jehiel, y Zacarías, y Azarías, y Micael y Sefatías. Todos éstos fueron hijos de Josafat, rey de Israel.

3Y su padre les había dado muchos presentes de oro y de plata, y cosas preciosas y ciudades fortificadas en Judá; pero había dado el reino a Joram, porque él era el primogénito.

4Cuando Joram fue elevado al reino de su padre y se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos y también a algunos de los príncipes de Israel.

5Joram tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén.

6Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab, porque tenía por esposa a la hija de Acab; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.

7Pero Jehová no quiso destruir la casa de David, a causa del convenio que había hecho con David, y porque le había dicho que le daría una lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.

8En sus días se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y proclamaron su propio rey.

9Entonces pasó Joram con sus príncipes, y todos sus carros con él; y sucedió que se levantó de noche y derrotó a los edomitas que le habían sitiado a él y a todos los capitanes de los carros.

10Así se rebeló Edom contra el dominio de Judá hasta hoy. En ese mismo tiempo también se rebeló Libna contra su dominio, por cuanto Joram había dejado a Jehová, el Dios de sus padres.

11Además de esto, hizo lugares altos en los montes de Judá, e hizo que los habitantes de Jerusalén se prostituyesen e indujo a Judá a ello.

12Y le llegó una carta del profeta Elías, que decía: Jehová, el Dios de David, tu padre, ha dicho así: Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat, tu padre, ni en los caminos de Asa, rey de Judá,

13sino que has andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que se prostituyesen Judá y los habitantes de Jerusalén, como se prostituyó la casa de Acab; y además has dado muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, quienes eran mejores que tú,

14he aquí, Jehová herirá a tu pueblo con una gran plaga, y a tus hijos y a tus esposas y todas tus posesiones;

15y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus entrañas, hasta que las entrañas se te salgan a causa de la enfermedad de cada día.

16Entonces Jehová despertó contra Joram el espíritu de los filisteos y de los árabes que estaban junto a los etíopes;

17y subieron contra Judá, y la invadieron y se llevaron todos los bienes que se hallaban en la casa del rey, y también a sus hijos y a sus esposas; y no le quedó más hijo que Joacaz, el menor de sus hijos.

18Después de todo esto, Jehová lo hirió con una enfermedad incurable en las entrañas.

19Y aconteció que al pasar muchos días, al cabo de dos años, las entrañas se le salieron a causa de la enfermedad, muriendo así de enfermedad muy penosa. Y los de su pueblo no encendieron fuego en su honor, como lo habían hecho con sus padres.

20Cuando comenzó a reinar, tenía treinta y dos años; y reinó en Jerusalén ocho años; y murió sin que le quisieran. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 22

Ocozías reina con iniquidad y es asesinado por Jehú; su madre Atalía reina en su lugar.

1 Y los habitantes de Jerusalén hicieron rey en su lugar a Ocozías, su hijo menor, porque la banda de hombres que vinieron con los árabes al campamento había matado a todos los mayores, por lo cual reinó Ocozías hijo de Joram, rey de Judá.

2Cuando Ocozías comenzó a reinar, tenía cuarenta y dos años, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía, hija de Omri.

3También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, porque su madre le aconsejaba a actuar impíamente.

4Hizo, pues, lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron para su perdición.

5Y él también anduvo en los consejos de ellos y fue a la guerra con Joram hijo de Acab, rey de Israel, contra Hazael, rey de Siria, a Ramot de Galaad, donde los sirios hirieron a Joram.

6Y volvió a Jezreel para curarse de las heridas que le habían hecho en Ramá, peleando con Hazael, rey de Siria. Y descendió Azarías hijo de Joram, rey de Judá, para visitar a Joram hijo de Acab, en Jezreel, porque allí estaba enfermo.

7Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese destruido al venir a Joram; porque cuando llegó, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que exterminase a la casa de Acab.

8Y aconteció que cuando Jehú ejecutaba juicio contra la casa de Acab y halló a los príncipes de Judá y a los hijos de los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, los mató.

9Y buscó a Ocozías, y lo capturaron cuando estaba escondido en Samaria; y lo llevaron a Jehú y le mataron, y le dieron sepultura, porque dijeron: Es hijo de Josafat, quien buscó a Jehová con todo su corazón. Y la casa de Ocozías no tenía fuerzas para retener el reino.

10Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y exterminó a toda la descendencia real de la casa de Judá.

11Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, y lo sacó de entre los hijos del rey, a los cuales estaban matando, y le puso a él y a su nodriza en una alcoba. Así lo escondió Josabet, hija del rey Joram, esposa del sacerdote Joiada (porque ella era hermana de Ocozías), de la vista de Atalía, y ésta no lo mató.

12Y él estuvo escondido con ellos en la casa de Dios seis años. Entre tanto, Atalía reinaba en el país.




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