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viernes, 27 de abril de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 108: 1 Reyes 9-10


Primer libro de los
Reyes..Capítulo 9
Jehová se le aparece nuevamente a Salomón — Jehová promete grandes bendiciones si los israelitas son obedientes y advierte de grandes maldiciones si se apartan de él — Salomón reina con esplendor — Impone tributo sobre los que no son israelitas y construye una flota de naves.

1Y aconteció que cuando Salomón hubo acabado la obra de la casa de Jehová, y la casa real y todo lo que Salomón quiso hacer,

2Jehová se le apareció a Salomón por segunda vez, como se le había aparecido en Gabaón.

3Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.

4Y si tú andas delante de mí, como anduvo David, tu padre, con integridad de corazón y con rectitud, haciendo todas las cosas que yo te he mandado y guardando mis estatutos y mis decretos,

5yo afirmaré el trono de tu reino sobre Israel para siempre, como hablé a tu padre David, diciendo: No faltará de ti varón en el trono de Israel.

6Pero si obstinadamente os apartáis de mí, vosotros y vuestros hijos, y no guardáis mis mandamientos y mis estatutos que yo he puesto delante de vosotros, sino que vais y servís a dioses ajenos, y los adoráis,

7yo talaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he entregado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la echaré de delante de mí, e Israel será por proverbio y escarnio a todos los pueblos.

8Y esta casa que estaba en gran estima, cualquiera que pase por ella se asombrará y en son de burla siseará, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa?

9Y le dirán: Por cuanto abandonaron a Jehová su Dios, que había sacado a sus padres de la tierra de Egipto, y echaron mano a dioses ajenos, y los adoraron y los sirvieron; por eso ha traído Jehová sobre ellos todo este mal.

10Y aconteció al cabo de veinte años, en los que Salomón había edificado las dos casas, la casa de Jehová y la casa real

11(para las cuales Hiram, rey de Tiro, le había llevado a Salomón madera de cedro y de ciprés y cuanto oro él quiso), que el rey Salomón dio a Hiram veinte ciudades en la tierra de Galilea.

12E Hiram salió de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, y no le gustaron.

13Y dijo: ¿Qué ciudades son éstas que me has dado, hermano? Y les puso por nombre la tierra de Cabul, nombre que tiene hasta hoy.

14E Hiram había enviado al rey ciento veinte talentos de oro.

15Y ésta es la razón de la leva que el rey Salomón impuso para edificar la casa de Jehová, y su propia casa, y Milo, y el muro de Jerusalén, y Hazor, y Meguido y Gezer.

16Faraón, el rey de Egipto, había subido y tomado Gezer, y la había quemado, y había dado muerte a los cananeos que habitaban la ciudad, y la había dado de regalo a su hija, la mujer de Salomón.

17Reconstruyó, pues, Salomón Gezer, y Bet-horón la de abajo,

18y Baalat, y Tadmor en tierra del desierto;

19asimismo todas las ciudades donde Salomón tenía provisiones, y las ciudades de los carros, y las ciudades de la gente de a caballo y todo lo que Salomón deseó edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio.

20A todos los pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos (que no eran de los hijos de Israel,

21a sus descendientes que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron destruir), hizo Salomón que sirviesen con tributo laboral hasta hoy.

22Pero a ninguno de los hijos de Israel impuso Salomón servicio, sino que eran hombres de guerra, o sus criados, o sus príncipes, o sus capitanes, o comandantes de sus carros o su gente de a caballo.

23Y los que Salomón había hecho jefes de los capataces sobre las obras eran quinientos cincuenta, quienes estaban sobre el pueblo que trabajaba en aquella obra.

24Y cuando subió la hija de Faraón de la ciudad de David a su casa que Salomón le había edificado, entonces él edificó Milo.

25Y ofrecía Salomón tres veces cada año holocaustos y ofrendas de paz sobre el altar que él edificó a Jehová, y quemaba incienso sobre el altar que estaba delante de Jehová. Y terminó la casa.

26Hizo también el rey Salomón una flota de naves en Ezión-geber, que está junto a Elot en la ribera del Mar Rojo, en la tierra de Edom.

27Y envió Hiram en ellos a sus siervos, marineros y diestros en el mar, con los siervos de Salomón,

28los cuales fueron a Ofir y tomaron de allí oro, cuatrocientos veinte talentos, y lo llevaron al rey Salomón

Primer libro de los
Reyes..Capítulo 10

La reina de Sabá visita a Salomón — La riqueza y la sabiduría de Salomón exceden a las de todos los reyes de la tierra.

1Y cuando la reina de Sabá oyó de la fama de Salomón en relación al nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles.

2Y vino a Jerusalén con una gran comitiva, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia y piedras preciosas. Y cuando se presentó ante Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía.

3Y Salomón le contestó todas sus preguntas; no hubo ninguna cosa escondida que el rey no le declarase.

4Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado,

5así como la comida de su mesa, y los asientos que ocupaban sus siervos, y la apariencia y los vestidos de los que le servían, y sus maestresalas y los holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó sin aliento.

6Y dijo al rey: Es verdad lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría;

7pero yo no creía las palabras hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad. Tu sabiduría y tus bienes son mayores que la fama que yo había oído.

8¡Dichosos tus hombres, dichosos éstos tus siervos, que están continuamente delante de ti y oyen tu sabiduría!

9¡Bendito sea Jehová tu Dios que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel! Porque Jehová ha amado siempre a Israel, y te ha puesto como rey para que gobiernes con derecho y justicia.

10Y dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, y mucha especiería y piedras preciosas. Nunca vino tan gran cantidad de especias, como la que la reina de Sabá dio al rey Salomón.

11La flota de Hiram, que había traído el oro de Ofir, traía también de Ofir gran cantidad de madera de sándalo y piedras preciosas.

12Y de la madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová y para la casa del rey, arpas también y salterios para los cantores. Nunca vino tanta madera de sándalo, ni se ha visto hasta hoy.

13Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y todo lo que pidió, además de lo que el rey Salomón le dio conforme a su real generosidad. Y ella se volvió y se fue a su tierra con sus criados.

14El peso del oro que Salomón recibía cada año era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro,

15sin contar lo de los mercaderes, y el comercio, y lo de todos los reyes de Arabia y de los gobernantes de la tierra.

16Hizo también el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido; seiscientos siclos de oro empleó en cada escudo.

17Asimismo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales empleó tres libras de oro; y los puso el rey en la Casa del Bosque del Líbano.

18Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual recubrió de oro purísimo.

19Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo, con brazos a uno y otro lado del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones.

20Había también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, a uno y otro lado; en ningún otro reino se había hecho un trono semejante.

21Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la Casa del Bosque del Líbano era de oro fino; no había nada de plata; pues en tiempos de Salomón no era apreciada.

22Pues el rey tenía en el mar una flota de naves que salía de Tarsis, con la flota de Hiram; una vez cada tres años venía la flota de Tarsis y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría.

24Toda la tierra procuraba ver el rostro de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.

25Y todos le llevaban año tras año sus presentes: artículos de oro y de plata, vestidos, armas, especias aromáticas, caballos y mulos.

26Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros y junto al rey en Jerusalén.

27E hizo el rey que en Jerusalén hubiera tanta plata como piedras, y que abundaran los cedros como los sicómoros que están por los campos.

28E importaban caballos de Egipto y de Coa para Salomón, porque los mercaderes del rey los compraban allí.

29Y un carro que se traía de Egipto valía seiscientas piezas de plata, y un caballo ciento cincuenta; y asimismo los adquirían, también por medio de ellos, para todos los reyes de los heteos y de Siria.




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