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martes, 28 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 56 Deuteronomio 5-7


Deuteronomio..Capítulo 5
Moisés habla del convenio que Dios hizo con Israel en Horeb — Reitera los Diez Mandamientos — La observancia del día de reposo conmemora también la liberación de Israel del yugo de Egipto — Dios habla al hombre — Las bendiciones provienen de la obediencia.

1 Y llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos y guardadlos para ponerlos por obra.

2Jehová nuestro Dios hizo un convenio con nosotros en Horeb.

3No con nuestros padres hizo Jehová este convenio, sino con nosotros, todos los que estamos aquí hoy vivos.

4Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte, de en medio del fuego

5(yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de Jehová, porque vosotros tuvisteis temor del fuego y no subisteis al monte), diciendo:

6Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.

7No tendrás dioses ajenos delante de mí.

8No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra ni en las aguas debajo de la tierra.

9No te inclinarás a ellas ni las servirás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen,

10y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

11No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

12Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.

13Seis días trabajarás y harás toda tu obra,

14mas el séptimo día es día de reposo para Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu criado, ni tu criada, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu criado y tu criada como tú.

15Y acuérdate de que fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano poderosa y brazo extendido; por lo tanto, Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.

16Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.

17No matarás.

18No cometerás adulterio.

19No hurtarás.

20No dirás falso testimonio contra tu prójimo.

21No codiciarás la esposa de tu prójimo ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su criado, ni su criada, ni su buey, ni su asno ni ninguna cosa que sea de tu prójimo.

22Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la densa oscuridad, a gran voz, y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.

23Y aconteció que cuando vosotros oísteis la voz de en medio de las tinieblas y visteis el monte que ardía en fuego, os acercasteis a mí, todos los jefes de vuestras tribus y vuestros ancianos,

24y dijisteis: He aquí, Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive.

25Ahora, pues, ¿por qué hemos de morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si seguimos oyendo la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos.

26Porque, ¿quién hay entre los hombres que haya oído la voz del Dios viviente que hablaba de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva?

27Acércate tú y oye todas las cosas que diga Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te diga, y nosotros oiremos y haremos.

28Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho.

29¡Oh si tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!

30Ve y diles: Volveos a vuestras tiendas.

31Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos, y estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy en posesión.

32Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a la derecha ni a la izquierda.

33Andad en todo camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y prolonguéis vuestros días en la tierra que habéis de poseer.

Deuteronomio..Capítulo 6

Moisés proclama: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es; y, amarás a Jehová tu Dios — Se manda al pueblo de Israel enseñar a sus hijos — Moisés exhorta al pueblo a guardar los mandamientos y los testimonios y los estatutos de Jehová para que prosperen.

1 Éstos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual vais a entrar para poseerla;

2para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.

3Escucha, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y seáis multiplicados, como te ha dicho Jehová, el Dios de tus padres.

4Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

5Y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

6Y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón;

7y se las repetirás a tus hijos y les hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes.

8Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;

9y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.

10Y acontecerá que, cuando Jehová tu Dios te haya hecho entrar en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,

11y casas llenas de toda clase de bienes que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y cuando hayas comido y te hayas saciado,

12cuídate de no olvidarte de Jehová que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.

13A Jehová tu Dios temerás, y a él servirás y por su nombre jurarás.

14No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos,

15porque Jehová tu Dios, que está en medio de ti, es un Dios celoso; no sea que se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la faz de la tierra.

16No tentaréis a Jehová vuestro Dios como lo tentasteis en Masah.

17Guardad diligentemente los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado.

18Y harás lo recto y bueno a los ojos de Jehová, para que te vaya bien y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres;

19para que él eche a todos tus enemigos de delante de ti, como Jehová ha dicho.

20Cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios, y estatutos y decretos que Jehová nuestro Dios os mandó?,

21entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos esclavos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa.

22E hizo Jehová señales y milagros grandes y terribles contra Egipto, contra Faraón y contra toda su casa, delante de nuestros ojos;

23y nos sacó de allá para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres.

24Y nos mandó Jehová cumplir con todos estos estatutos y temer a Jehová nuestro Dios, para que nos fuera bien todos los días y para que nos diera vida, como hasta hoy.

25Y se nos contará en justicia si cuidamos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado.

Deuteronomio..Capítulo 7

Israel ha de destruir las siete naciones de Canaán — Se prohíbe el matrimonio con esas naciones, a fin de que no caigan en la apostasía — Israel tiene una misión como pueblo santo y escogido — Jehová muestra misericordia a aquellos que le aman y guardan sus mandamientos — Promete quitar toda enfermedad de los hijos de Israel si ellos son obedientes.

1 Cuando Jehová tu Dios te haya hecho entrar en la tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, y al gergeseo, y al amorreo, y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más fuertes que tú,

2y cuando Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo. No harás con ellos alianza ni les tendrás misericordia.

3Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo ni tomarás a su hija para tu hijo.

4Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros y pronto te destruirá.

5Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera y quemaréis sus esculturas en el fuego.

6Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.

7No por ser vosotros más numerosos que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais los menos numerosos de todos los pueblos,

8sino porque Jehová os amó y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres; os ha sacado Jehová con mano poderosa y os ha rescatado de la casa de servidumbre, de manos de Faraón, rey de Egipto.

9Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el convenio y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones,

10y que da el pago en la cara del que le aborrece, destruyéndolo; y no se tarda en retribuir al que le odia; en su cara le dará el pago.

11Guarda, por tanto, los mandamientos, y estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.

12Y acontecerá que, por haber oído estos decretos, y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el convenio y la misericordia que juró a tus padres.

13Y te amará, y te bendecirá, y te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y tu grano, y tu mosto y tu aceite, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.

14Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni mujer estéril, ni en tus bestias.

15Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, sino que las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.

16Y destruirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; tu ojo no les tendrá piedad, ni servirás a sus dioses, porque te será motivo de tropiezo.

17Si dices en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo, ¿cómo las podré desarraigar?,

18no tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto,

19de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y de los milagros, y de la mano poderosa y brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó. Así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos en cuya presencia tú temes.

20Y también enviará Jehová tu Dios sobre ellos avispas, hasta que perezcan los que queden y los que se hayan escondido de delante de ti.

21No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.

22Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas de inmediato, para que las bestias del campo no se aumenten contra ti.

23Mas Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con gran destrozo hasta que sean destruidas.

24Y él entregará sus reyes en tus manos, y tú borrarás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas.

25Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás la plata ni el oro que las recubren para tomarlos para ti, no sea que tropieces por ello, pues es abominación a Jehová tu Dios.

26Y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema como ella; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.



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