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jueves, 7 de junio de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 144: 2 Crónicas 31-33


Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 31
Los israelitas fieles desechan la falsa adoración de entre ellos — El pueblo paga diezmos y ofrendas — Los levitas administran los asuntos temporales — Ezequías sirve fielmente.

1Y cuando todo esto hubo terminado, todos los de Israel que habían estado allí salieron por las ciudades de Judá, y quebraron las estatuas y destruyeron las imágenes de Asera, y derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, y también en Efraín y Manasés, hasta acabar con todo. Después volvieron todos los hijos de Israel a sus ciudades, cada uno a su posesión.

2Y designó Ezequías los grupos de los sacerdotes y de los levitas conforme a sus cargos, cada uno según su oficio, a los sacerdotes y a los levitas, para el holocausto y las ofrendas de paz, para que ministrasen, diesen gracias y alabasen en las puertas de los campamentos de Jehová.

3La contribución del rey de sus propios bienes fue para los holocaustos de la mañana y de la tarde, y para los holocaustos de los días de reposo, de las lunas nuevas y de las fiestas solemnes, como está escrito en la ley de Jehová.

4Mandó también al pueblo que habitaba en Jerusalén que diesen la porción correspondiente a los sacerdotes y a los levitas, para que se dedicasen a la ley de Jehová.

5Y cuando este edicto fue divulgado, los hijos de Israel dieron muchas primicias de grano, vino, aceite, miel y de todos los frutos de la tierra; y trajeron asimismo en abundancia los diezmos de todas las cosas.

6También los hijos de Israel y de Judá, que habitaban en las ciudades de Judá, dieron del mismo modo los diezmos de las vacas y de las ovejas; y trajeron los diezmos de lo consagrado, de las cosas que habían prometido a Jehová su Dios, y lo juntaron en montones.

7En el mes tercero comenzaron a formar aquellos montones, y en el mes séptimo terminaron.

8Y Ezequías y los principales vinieron y vieron los montones, y bendijeron a Jehová y a su pueblo Israel.

9Y preguntó Ezequías a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones.

10Y le respondió el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, y dijo: Desde que comenzaron a traer la ofrenda a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho, porque Jehová ha bendecido a su pueblo, y ha quedado esta abundancia.

11Entonces mandó Ezequías que preparasen almacenes en la casa de Jehová; y los prepararon.

12Y llevaron fielmente las primicias y los diezmos y las cosas consagradas; y a cargo de ello estaban Conanías, el levita, el principal, y Simei, su hermano, el segundo.

13Y Jehiel, y Azazías, y Nahat, y Asael, y Jerimot, y Jozabad, y Eliel, e Ismaquías, y Mahat y Benaía fueron capataces bajo el mando de Conanías y de Simei, su hermano, por mandamiento del rey Ezequías y de Azarías, principal de la casa de Dios.

14Y Coré hijo de Imna, el levita, guardia de la puerta oriental, tenía a su cargo las ofrendas voluntarias para Dios, y la distribución de las ofrendas a Jehová y las cosas santísimas.

15Y junto a él estaban Edén, y Miniamín, y Jesúa, y Semaías, Amarías y Secanías, en las ciudades de los sacerdotes, en sus oficios establecidos, para dar a sus hermanos conforme a sus grupos, tanto al mayor como al menor,

16a los hombres anotados por sus genealogías, de tres años arriba, a todos los que entraban en la casa de Jehová, su porción diaria por su servicio, según sus oficios, conforme a sus grupos.

17También a los sacerdotes registrados por sus genealogías según sus casas paternas, y a los levitas de edad de veinte años arriba, conforme a sus oficios en sus grupos.

18Eran registrados por sus genealogías con todos sus niños pequeños, y sus esposas, y sus hijos y sus hijas, de toda la congregación, porque en sus oficios establecidos se consagraban con santidad.

19Del mismo modo, de entre los hijos de Aarón, los sacerdotes, que estaban en los campos alrededor de sus ciudades, por todas las ciudades, había hombres designados por nombre para dar porciones a todos los hombres de entre los sacerdotes y a todos los levitas registrados por sus genealogías.

20De esta manera hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, y lo recto y lo verdadero delante de Jehová su Dios.

21Y todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, y en la ley y en los mandamientos, para buscar a su Dios, lo hizo de todo corazón y fue prosperado.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 32

Senaquerib invade Judá y sitia las ciudades — Senaquerib blasfema contra Jehová — Isaías y Ezequías oran y un ángel destruye a los líderes de los ejércitos asirios — Ezequías reina con rectitud a pesar de algunas faltas.

1 Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib, rey de los asirios, e invadió a Judá y acampó contra las ciudades fortificadas con la intención de conquistarlas.

2Al ver Ezequías que Senaquerib había llegado y que se proponía combatir a Jerusalén,

3tomó consejo con sus oficiales y con sus hombres valientes para cortar el agua de las fuentes que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron.

4Se reunió, pues, mucho pueblo, y cortaron el agua de todas las fuentes y la del arroyo que corría por en medio del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria mucha agua cuando vengan?

5Así Ezequías cobró fuerzas y edificó todos los muros caídos, e hizo alzar las torres y otro muro por fuera; fortificó además el Milo en la ciudad de David, e hizo muchas lanzas y muchos escudos.

6Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad y les habló al corazón, diciendo:

7Esforzaos y animaos; no temáis ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda su multitud que con él viene, porque más hay con nosotros que con él.

8Con él está el brazo de la carne, pero con nosotros está Jehová, nuestro Dios, para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías, rey de Judá.

9Después de esto, Senaquerib, rey de los asirios, mientras sitiaba Laquis, y con él todas sus fuerzas, envió sus siervos a Jerusalén, a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén, diciendo:

10Así ha dicho Senaquerib, rey de los asirios: ¿En quién confiáis vosotros al resistir el sitio en Jerusalén?

11¿No os engaña Ezequías para entregaros a la muerte por hambre y por sed, diciendo: Jehová, nuestro Dios, nos librará de la mano del rey de Asiria?

12¿No ha quitado el mismo Ezequías sus lugares altos y sus altares, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: Sólo delante de este altar adoraréis, y sobre él quemaréis incienso?

13¿No sabéis lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron los dioses de las naciones de aquellas tierras librar su tierra de mis manos?

14¿Qué dios hubo de todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiese salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo podrá vuestro Dios libraros de mis manos?

15Ahora, pues, no os engañe Ezequías ni os persuada de ese modo, ni le creáis; que si ningún dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos ni de las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mis manos?

16Esto y otras cosas más hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías.

17Además de todo esto, escribió cartas en las que blasfemaba a Jehová, el Dios de Israel, y hablaba contra él, diciendo: Así como los dioses de las naciones de los países no pudieron librar a su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos.

18Y clamaron a gran voz en judaico al pueblo de Jerusalén que estaba sobre los muros, para espantarlos y aterrorizarlos, a fin de poder tomar la ciudad.

19Y hablaron contra el Dios de Jerusalén, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombres.

20Pero el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz oraron con respecto a esto, y clamaron al cielo.

21Y Jehová envió un ángel, el cual hirió a todo hombre fuerte y valiente, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Por tanto, éste volvió a su tierra avergonzado; y al entrar en el templo de su dios, allí lo mataron a espada los que habían salido de sus lomos.

22Así salvó Jehová a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de las manos de Senaquerib, rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todas partes.

23Y muchos trajeron a Jerusalén ofrenda a Jehová, y ricos presentes a Ezequías, rey de Judá; y éste fue engrandecido delante de todas las naciones después de esto.

24En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte; y oró a Jehová, quien le respondió y le dio una señal.

25Mas Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se enalteció su corazón; y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.

26Sin embargo, Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los habitantes de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías.

27Y tuvo Ezequías muchísimas riquezas y gloria; e hizo para sí tesoros de plata y de oro, y de piedras preciosas, y de especias, y de escudos y de toda clase de objetos deseables.

28Asimismo hizo depósitos para los productos de grano, y del vino y del aceite, y establos para toda clase de ganado y refugios para los rebaños.

29Y adquirió también ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en abundancia, porque Dios le había dado muchísimas posesiones.

30Y este mismo Ezequías tapó la salida superior de las aguas de Gihón y las condujo hacia abajo y hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.

31Pero en el asunto de los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en aquella tierra, Dios lo dejó para probarle, para conocer todo lo que estaba en su corazón.

32Los demás hechos de Ezequías y sus misericordias, he aquí, todo está escrito en la profecía del profeta Isaías, hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y de Israel.

33Y durmió Ezequías con sus padres, y lo sepultaron en el lugar más prominente de los sepulcros de los hijos de David; y lo honraron en su muerte todo Judá y los habitantes de Jerusalén; y reinó en su lugar su hijo Manasés.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 33

Manasés reina con iniquidad y adora dioses falsos — Lo llevan cautivo a Babilonia — Se arrepiente y sirve a Jehová — Amón reina indignamente y es asesinado.

1 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén.

2Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había expulsado delante de los hijos de Israel.

3Porque él reedificó los lugares altos que Ezequías, su padre, había derribado, y levantó altares a los baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todas las huestes de los cielos y a ellos sirvió.

4Edificó también altares en la casa de Jehová, de la cual había dicho Jehová: En Jerusalén estará mi nombre perpetuamente.

5Edificó asimismo altares a todas las huestes de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.

6E hizo pasar a sus hijos por fuego en el valle de los hijos de Hinom; y practicaba la adivinación y era agorero, e instituyó la hechicería, y consultaba a nigromantes y espiritistas; y se excedió en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para provocarle a ira.

7Además de esto, puso en la casa de Dios una imagen tallada del ídolo que había hecho, de la cual había dicho Dios a David y a su hijo Salomón: En esta casa y en Jerusalén, que yo he escogido sobre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre;

8y nunca más quitaré el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a condición de que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la ley, y los estatutos y los decretos, por medio de Moisés.

9Hizo, pues, Manasés extraviarse a Judá y a los habitantes de Jerusalén, para hacer más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel.

10Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, pero ellos no escucharon;

11por lo cual Jehová trajo contra ellos a los jefes del ejército del rey de los asirios, los cuales capturaron a Manasés, y lo ataron con cadenas de bronce y lo llevaron a Babilonia.

12Y cuando fue puesto en angustia, imploró a Jehová su Dios y se humilló grandemente en la presencia del Dios de sus padres.

13Y cuando oró, Dios se conmovió y escuchó su súplica y lo llevó de nuevo a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios.

14Después de esto edificó el muro exterior de la ciudad de David, al occidente de Gihón, en el valle, a la entrada de la puerta del Pescado; y amuralló Ofel y elevó el muro muy alto; y puso capitanes del ejército en todas las ciudades fortificadas de Judá.

15Asimismo quitó los dioses ajenos, y el ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad.

16Reparó luego el altar de Jehová y sacrificó sobre él ofrendas de paz y de gratitud; y mandó a Judá que sirviese a Jehová Dios de Israel.

17Pero el pueblo aún sacrificaba en los lugares altos, aunque sólo a Jehová su Dios.

18Los demás hechos de Manasés, y su oración a su Dios y las palabras de los videntes que le hablaron en el nombre de Jehová, el Dios de Israel, he aquí, todo está en los registros de los reyes de Israel.

19Y también su oración, y cómo Dios le escuchó, y todos sus pecados, y su infidelidad, y los sitios donde edificó lugares altos y las imágenes de Asera, y los ídolos que puso antes que se humillase, he aquí, estas cosas están escritas en las palabras de los videntes.

20Y durmió Manasés con sus padres, y lo sepultaron en su casa; y reinó en su lugar su hijo Amón.

21Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén.

22E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés, su padre, porque Amón ofreció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que su padre Manasés había hecho.

23Pero nunca se humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés, su padre, sino que Amón aumentó su culpa.

24Y conspiraron contra él sus siervos y lo mataron en su casa.

25Pero el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, y el pueblo de la tierra puso como rey en su lugar a su hijo Josías.



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