Seguidores

lunes, 16 de abril de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 97: 2 Samuel 9-12


Segundo libro de
Samuel..Capítulo 9
David procura honrar a la casa de Saúl — Encuentra a Mefi-boset hijo de Jonatán a quien restituye toda la tierra de Saúl.

1Y dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl a quien haga yo misericordia por amor a Jonatán?

2Y había un siervo de la casa de Saúl que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo.

3Y el rey dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.

4Entonces el rey le dijo: ¿Y dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar.

5Y envió el rey David, y le mandó traer de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.

6Y al llegar Mefi-boset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, ante David, se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y David le dijo: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.

7Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor a Jonatán, tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl, tu padre; y tú comerás siempre pan a mi mesa.

8Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?

9Entonces el rey llamó a Siba, siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor.

10Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y llevarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan que comer; y Mefi-boset, el hijo de tu señor, comerá siempre pan a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos.

11Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa como uno de los hijos del rey.

12Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset.

13Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.

Segundo libro de
Samuel..Capítulo 10

Los amonitas maltratan a los mensajeros de David — Israel derrota a los amonitas y a los sirios.

1Después de esto, aconteció que murió el rey de los hijos de Amón, y reinó su hijo Hanún en su lugar.

2Y dijo David: Yo haré misericordia con Hanún hijo de Nahas, como su padre la hizo conmigo. Y envió David sus siervos para consolarlo por su padre. Y los siervos de David llegaron a la tierra de los hijos de Amón,

3pero los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún, su señor: ¿Te parece que por honrar David a tu padre te ha enviado consoladores? ¿No ha enviado David sus siervos a ti para reconocer e inspeccionar la ciudad, para destruirla?

4Entonces Hanún tomó a los siervos de David, y les rapó la mitad de la barba, y les cortó los vestidos por la mitad, hasta las nalgas, y los despidió.

5Cuando le avisaron a David, envió a encontrarlos, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey les mandó decir: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a crecer la barba, y entonces volved.

6Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, enviaron los hijos de Amón y tomaron a sueldo a los sirios de Bet-rehob y a los sirios de Soba, veinte mil hombres de a pie; y del rey de Maaca, mil hombres, y de Is-tob, doce mil hombres.

7Cuando oyó David esto, envió a Joab con todo el ejército de los valientes.

8Y los hijos de Amón salieron y se pusieron en orden de batalla a la entrada de la puerta; pero los sirios de Soba, y de Rehob, y de Is-tob y de Maaca estaban aparte en el campo.

9Al ver Joab que la batalla se le presentaba delante y detrás de él, eligió a algunos de entre los escogidos de Israel y se puso en orden de batalla contra los sirios.

10Entregó luego el resto del ejército en manos de Abisai, su hermano, y lo puso en orden de batalla frente a los amonitas.

11Y dijo: Si los sirios son más fuertes que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón son más fuertes que tú, yo te daré ayuda.

12Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le parezca.

13Y se acercó Joab, y el pueblo que con él estaba, para pelear contra los sirios, pero ellos huyeron delante de él.

14Entonces los hijos de Amón, viendo que los sirios habían huido, huyeron también delante de Abisai y entraron en la ciudad. Y se volvió Joab de luchar contra los hijos de Amón, y vino a Jerusalén.

15Y cuando vieron los sirios que habían caído delante de Israel, se volvieron a reunir.

16Y envió Hadar-ezer e hizo salir a los sirios que estaban al otro lado del Río, los cuales vinieron a Helam; y Sobac, general del ejército de Hadar-ezer, iba al frente de ellos.

17Y cuando le avisaron a David, reunió a todo Israel, y pasando el Jordán, llegó a Helam; y los sirios se pusieron en orden de batalla contra David y pelearon contra él.

18Pero los sirios huyeron delante de Israel; y David mató de los sirios a la gente de setecientos carros y a cuarenta mil hombres de a caballo, e hirió también a Sobac, general del ejército, quien murió allí.

19Y cuando todos los reyes que ayudaban a Hadar-ezer vieron que habían sido derrotados delante de Israel, hicieron la paz con Israel y le sirvieron; y de allí en adelante, los sirios temieron seguir ayudando a los hijos de Amón.

Segundo libro de
Samuel..Capítulo 11

David se acuesta con Betsabé y ella concibe — Entonces David hace los preparativos para que Urías, marido de ella, muera en batalla.

1Y aconteció al año siguiente, en el tiempo en que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y a sus siervos con él y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas y sitiaron a Rabá, pero David se quedó en Jerusalén.

2Y acaeció que, levantándose David de su lecho al caer la tarde, se paseaba por el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.

3Y envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquélla es Betsabé, hija de Eliam, esposa de Urías, el heteo.

4Y envió David mensajeros y la tomó; y vino a él y él se acostó con ella. Luego ella se purificó de su impureza y volvió a su casa.

5Y concibió la mujer y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.

6Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías, el heteo. Y Joab envió a Urías a David.

7Y cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo y por el estado de la guerra.

8Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa y lava tus pies. Y saliendo Urías de casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real.

9Pero Urías durmió a la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa.

10E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no ha descendido a su casa. Y dijo David a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa?

11Y Urías respondió a David: El arca, e Israel y Judá están bajo tiendas; y mi señor Joab y los siervos de mi señor, a campo abierto; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y dormir con mi mujer? Por vida tuya y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa.

12Y David dijo a Urías: Quédate aquí aún hoy, y mañana te despediré. Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente.

13Y David lo convidó a comer y a beber con él hasta embriagarlo. Y él salió por la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor, pero no descendió a su casa.

14Y aconteció a la mañana siguiente que David escribió una carta a Joab, la cual envió por mano de Urías.

15Y escribió en la carta, diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera.

16Y sucedió que cuando Joab sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes.

17Y los hombres de la ciudad salieron y pelearon contra Joab, y cayeron algunos del pueblo de los siervos de David; y murió también Urías, el heteo.

18Entonces envió Joab e hizo saber a David todos los asuntos de la guerra.

19Y mandó al mensajero, diciendo: Cuando acabes de contar al rey todos los asuntos de la guerra,

20si el rey comienza a enojarse y te dice: ¿Por qué os acercasteis tanto a la ciudad para combatir? ¿No sabíais lo que suelen arrojar desde lo alto del muro?

21¿Quién hirió a Abimelec hijo de Jerobaal? ¿No echó una mujer del muro un pedazo de una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro? Entonces tú le dirás: También tu siervo Urías, el heteo, ha muerto.

22Y fue el mensajero y, al llegar, contó a David todo lo que Joab le había enviado a decir.

23Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra nosotros los hombres que salieron al campo contra nosotros, bien que nosotros los hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta;

24pero los flecheros tiraron contra tus siervos desde el muro, y murieron algunos de los siervos del rey; y también murió tu siervo Urías, el heteo.

25Y David dijo al mensajero: Dirás así a Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada consume tanto a uno como al otro; refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntale.

26Y al oír la esposa de Urías que su marido, Urías, había muerto, hizo duelo por su marido.

27Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su esposa y le dio a luz un hijo. Pero esto que David había hecho fue malo ante los ojos de Jehová.

Segundo libro de
Samuel..Capítulo 12

Natán narra a David la parábola de la corderita — Jehová dio muchas esposas a David, que llega a ser maldecido por haber tomado a Betsabé — David ayuna y ora por su hijo, pero Jehová se lleva al niño — Nace Salomón — David conquista la ciudad real de los amonitas.

1Y Jehová envió a Natán ante David; y fue a él y le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico y el otro pobre.

2El rico tenía numerosas ovejas y vacas,

3pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado, y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija.

4Y vino uno de camino al hombre rico, y éste no quiso tomar de sus ovejas ni de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre y la guisó para aquel que había venido a él.

5Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre y dijo a Natán: ¡Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte!

6Y él debe pagar cuatro veces por la corderita, porque hizo tal cosa y no tuvo misericordia.

7Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo te ungí rey sobre Israel, y te libré de manos de Saúl,

8y te di la casa de tu señor y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y como si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.

9¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías, el heteo, heriste a espada, y tomaste por esposa a su esposa, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.

10Por lo cual ahora la espada no se apartará jamás de tu casa, por cuanto me menospreciaste y tomaste la esposa de Urías, el heteo, para que fuese tu esposa.

11Así ha dicho Jehová: He aquí, yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus esposas delante de tus ojos y las daré a tu prójimo, el que yacerá con tus esposas a la vista del sol.


12Porque tú lo hiciste en secreto, pero yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.

13Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.

14Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.

15Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la esposa de Urías había dado a luz a David, y enfermó gravemente.

16Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró y pasó la noche acostado en tierra.

17Y se levantaron los ancianos de su casa y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; pero él no quiso, ni comió con ellos pan.

18Y aconteció que al séptimo día murió el niño; y los siervos de David temían hacerle saber que el niño había muerto, pues se decían: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?

19Pero David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto.

20Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó, y se ungió, y cambió sus ropas, y entró en la casa de Jehová y adoró. Y después vino a su casa y pidió, y le pusieron pan, y comió.

21Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan.

22Y él respondió: Mientras el niño aún vivía, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tenga compasión de mí, y viva el niño?

23Pero ahora que ya ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy hacia él, pero él no volverá a mí.

24Y consoló David a Betsabé, su esposa, y llegándose a ella, se acostó con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová,

25y envió un mensaje por medio del profeta Natán que le pusiesen por nombre Jedidías, a causa de Jehová.

26Y Joab peleaba contra Rabá, de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real.

27Entonces envió Joab mensajeros a David, diciendo: Yo he peleado contra Rabá y he tomado la ciudad de las aguas.

28Reúne, pues, ahora al pueblo que queda, y acampa contra la ciudad y tómala, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada por mi nombre.

29Y David reunió a todo el pueblo, y fue contra Rabá, y combatió contra ella y la tomó.

30Y quitó la corona de la cabeza de su rey, la cual pesaba un talento de oro y tenía piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Y éste sacó un gran botín de la ciudad.

31Y sacó además a la gente que estaba en ella, y a todos los puso a trabajar con sierras, y con trillos de hierro y con hachas de hierro; y también los hizo trabajar en los hornos de ladrillos; y lo mismo hizo con todas las ciudades de los hijos de Amón. Y volvió David con todo el pueblo a Jerusalén.





MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 96: 2 Samuel 6-8


Segundo libro de
Samuel..Capítulo 6
David lleva el arca a la Ciudad de David — Uza es herido y cae muerto por haber tocado el arca para sostenerla — David danza delante de Jehová, lo cual provoca la ruptura entre él y Mical.

1 Y David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, treinta mil.

2Y se levantó David, y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo para hacer subir desde allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines.

3Y pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en la colina; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo.

4Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en la colina, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca.

5Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya, con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos.

6Y cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios y la sostuvo, porque los bueyes tropezaban.

7Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y allí mismo lo hirió Dios por ese yerro, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.

8Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy.

9Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová?

10No quiso, pues, David llevar para sí el arca de Jehová a la Ciudad de David, sino que la hizo llevar David a casa de Obed-edom, el geteo.

11Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom, el geteo, durante tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa.

12Y se dio aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la Ciudad de David.

13Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.

14Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba vestido David con un efod de lino.

15Así David y toda la casa de Israel llevaban el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.

16Y cuando el arca de Jehová llegaba a la Ciudad de David, aconteció que Mical, hija de Saúl, miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová, y le menospreció en su corazón.

17Trajeron, pues, el arca de Jehová y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había levantado; y David ofreció holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová.

18Y cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y las ofrendas de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová de los ejércitos.

19Y repartió a todo el pueblo y a toda la multitud de Israel, tanto a hombres como a mujeres, a cada uno un pan, y un pedazo de carne y una torta de pasas. Y se fue todo el pueblo, cada uno a su casa.

20Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!

21Entonces David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en lugar de tu padre y de toda su casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel; por tanto, danzaré delante de Jehová.

22Y aun me haré más vil que esta vez y me rebajaré ante mis propios ojos; pero delante de las criadas que dijiste, delante de ellas seré honrado.

23Y Mical, hija de Saúl, nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte.

Segundo libro de
Samuel..Capítulo 7

David propone construir una casa para Jehová — Jehová, por medio de Natán, declara que no ha pedido a David que haga tal cosa — El trono de David, por medio de Cristo, será establecido para siempre — David ofrece una oración de gratitud.

1Y aconteció que, cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había dado reposo de todos sus enemigos de alrededor,

2dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en una casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas.

3Y Natán dijo al rey: Anda y haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehová está contigo.

4Y aconteció aquella noche que vino la palabra de Jehová a Natán, diciendo:

5Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar una casa en la que yo more?

6Ciertamente no he habitado en una casa desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en una tienda y en un tabernáculo.

7Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado apacentar a mi pueblo Israel, para decir: ¿Por qué no me habéis edificado casa de cedros?

8Ahora pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;

9y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he talado a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.

10Además yo fijaré un lugar para mi pueblo Israel; y yo lo plantaré para que habite en su propio lugar, y nunca más sea removido, ni los inicuos lo aflijan más, como antes,

11desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y yo te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa.

12Y cuando tus días se hayan cumplido y duermas con tus padres, yo levantaré a un descendiente tuyo después de ti, quien procederá de tus entrañas, y estableceré su reino.

13Él edificará casa a mi nombre, y yo estableceré para siempre el trono de su reino.

14Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Y si él hace mal, yo le corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombres;

15pero mi misericordia no se apartará de él, como la aparté de Saúl, a quien quité de delante de ti.

16Y serán afirmados tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será establecido eternamente.

17Conforme a todas estas palabras y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

18Y entró el rey David, y se puso delante de Jehová y dijo: Oh Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?

19Y aun te ha parecido poco esto, oh Señor Jehová, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es ése el modo de actuar del hombre, oh Señor Jehová?

20¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, oh Señor Jehová.

21Todas estas grandezas has hecho por tu palabra y conforme a tu corazón, haciéndolas saber a tu siervo.

22Por tanto, grande eres, oh Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.

23¿Y qué otra nación en la tierra es como tu pueblo, como Israel, al cual Dios fue para redimirlo como pueblo suyo, y para hacerse un nombre, y para hacer grandes cosas por vosotros y temibles obras por tu tierra, ante tu pueblo que redimiste de Egipto para ti de las naciones y de sus dioses?

24Porque tú has establecido para ti a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, has venido a ser su Dios.

25Ahora pues, oh Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho.

26Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea establecida delante de ti.

27Porque tú, oh Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, has revelado al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica.

28Ahora pues, oh Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido a tu siervo este bien.

29Pues ahora, ten a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, oh Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.

Segundo libro de
Samuel..Capítulo 8

David derrota a muchas naciones y las somete — Jehová está con él — David administra justicia y equidad a todo su pueblo.

1Después de esto, aconteció que David derrotó a los filisteos y los sometió; y tomó David Meteg-ama de manos de los filisteos.

2Y derrotó también a los de Moab y los midió con cordel, haciéndolos tenderse en tierra; y midió dos cordeles para darles muerte, y un cordel entero para dejarlos con vida; y fueron los moabitas siervos de David que le llevaban tributo.

3Asimismo derrotó David a Hadar-ezer hijo de Rehob, rey de Soba, al ir éste a recuperar sus dominios hasta el río Éufrates.

4Y tomó David de él mil setecientos hombres de a caballo y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, pero dejó suficientes de ellos para cien carros.

5Y vinieron los sirios de Damasco a dar ayuda a Hadar-ezer, rey de Soba; y David mató de los sirios a veintidós mil hombres.

6Entonces puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y llegaron los sirios a ser siervos de David, sujetos a tributo. Y Jehová guardaba a David por dondequiera que iba.

7Y tomó David los escudos de oro que llevaban los siervos de Hadar-ezer y los llevó a Jerusalén.

8Asimismo de Beta y de Berotai, ciudades de Hadar-ezer, tomó el rey David gran cantidad de bronce.

9Y cuando Toi, rey de Hamat, oyó que David había derrotado a todo el ejército de Hadar-ezer,

10Toi envió a su hijo Joram al rey David para saludarle pacíficamente y para bendecirle, porque había peleado con Hadar-ezer y lo había vencido, porque Toi era enemigo de Hadar-ezer. Y Joram llevaba en su mano utensilios de plata y de oro y de bronce,

11los cuales el rey David dedicó a Jehová, junto con la plata y el oro que había dedicado de todas las naciones que había sometido:

12de los sirios, de los moabitas, de los amonitas, de los filisteos, de los amalecitas y del botín de Hadar-ezer hijo de Rehob, rey de Soba.

13Así ganó David fama cuando regresó de la derrota de los sirios, donde hirió a dieciocho mil hombres en el valle de la Sal.

14Y puso guarniciones en Edom, por toda Edom puso guarniciones; y todos los edomitas fueron siervos de David. Y Jehová guardaba a David por dondequiera que iba.

15Y reinó David sobre todo Israel, y David administraba justicia y equidad a todo su pueblo.

16Y Joab hijo de Sarvia era general de su ejército, y Josafat hijo de Ahilud era cronista;

17y Sadoc hijo de Ahitob y Ahimelec hijo de Abiatar eran sacerdotes; y Seraías era escriba;

18y Benaía hijo de Joiada estaba sobre los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran los príncipes.




MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com