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martes, 10 de enero de 2012

Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 11: Génesis 33-34


Capítulo 33
Jacob y Esaú se encuentran y se reconcilian — Esaú recibe los presentes de Jacob — Jacob se establece en Canaán, donde edifica un altar.

1 Y alzando Jacob sus ojos, miró y he aquí venía Esaú y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas.

2 Y puso a las siervas y a sus niños delante; luego a Lea y a sus niños; y por último, a Raquel y a José.

3 Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.

4 Y Esaú corrió a su encuentro, y le abrazó, y se echó sobre su cuello y le besó; y lloraron.

5 Y alzó sus ojos, y vio a las mujeres y a los niños y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios, en su gracia, ha dado a tu siervo.

6 Y se acercaron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron.

7 Y se acercó Lea con sus niños, y se inclinaron; y después llegaron José y Raquel, y también se inclinaron.

8 Y él dijo: ¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? Y él respondió: El hallar gracia ante los ojos de mi señor.

9 Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.

10 Y dijo Jacob: No, yo te ruego, si he hallado ahora gracia ante tus ojos, acepta mi presente de mi mano, pues he visto tu rostro como si hubiera visto el rostro de Dios, pues me has recibido con tanto favor.

11 Acepta, te ruego, mi presente que te he traído, porque Dios me ha favorecido, y todo lo que hay aquí es mío. E insistió con él, y Esaú lo tomó.

12 Y dijo Esaú: Anda y vamos; y yo iré delante de ti.

13 Y Jacob le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas.

14 Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir.

15 Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia ante los ojos de mi señor.

16 Así volvió Esaú aquel día por su camino a Seir.

17 Y Jacob partió a Sucot, y edificó allí casa para sí e hizo cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel lugar Sucot.

18 Y llegó Jacob sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padán-aram; y acampó delante de la ciudad.

19 Y compró una parte del campo, donde asentó su tienda, de mano de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas.

20 Y erigió allí un altar y lo llamó: El-Elohe-Israel.

Capítulo 34

Siquem deshonra a Dina — Los heveos procuran concertar matrimonios con la familia de Jacob — Muchos, habiendo sido circuncidados, son muertos por Simeón y Leví — Jacob reprende a sus hijos.

1 Y salió Dina, la hija de Lea que ésta había dado a luz a Jacob, a ver a las hijas del país.

2 Y la vio Siquem hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella y la deshonró.

3 Mas su alma se apegó a Dina, la hija de Lea; y se enamoró de la joven y habló al corazón de ella.

4 Y habló Siquem a su padre Hamor, diciendo: Tómame por esposa a esta joven.

5 Y oyó Jacob que Siquem había deshonrado a Dina, su hija; y estando sus hijos con su ganado en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.

6 Y se dirigió Hamor, padre de Siquem, a Jacob, para hablar con él.

7 Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los hombres y se enojaron mucho, porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.

8 Y Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por esposa.

9 Y emparentad con nosotros; dadnos vuestras hijas y tomad vosotros las nuestras.

10 Y habitad con nosotros, porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella posesión.

11 Siquem también dijo al padre de Dina y a los hermanos de ella: Halle yo gracia ante vuestros ojos, y daré lo que me digáis.

12 Aumentad a cargo mío mucha dote y regalos, que yo daré cuanto me digáis, y dadme la joven por esposa.

13 Y respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a su padre Hamor con engaño, y les hablaron, por cuanto había amancillado a su hermana Dina.

14 Y les dijeron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre incircunciso, porque entre nosotros es abominación.

15 Mas con esta condición os complaceremos: Si habéis de ser como nosotros, que se circuncide entre vosotros todo varón.

16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con vosotros y seremos un pueblo.

17 Mas si no nos prestáis oído para circuncidaros, tomaremos a nuestra hija y nos iremos.

18 Y parecieron bien sus palabras a Hamor y a Siquem hijo de Hamor.

19 Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más distinguido de toda la casa de su padre.

20 Entonces Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de su ciudad y hablaron a los hombres de su ciudad, diciendo:

21 Estos hombres son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país y comerciarán en él; pues he aquí, la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por esposas y les daremos las nuestras.

22 Mas con esta condición consentirán estos hombres en habitar con nosotros, para que seamos un pueblo: Que se circuncide entre nosotros todo varón, así como ellos son circuncidados.

23 Su ganado, y sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.

24 Y obedecieron a Hamor y a su hijo Siquem todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad.

25 Y sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y fueron contra la ciudad con audacia y mataron a todo varón.

26 Y a Hamor y a su hijo Siquem los mataron a filo de espada; y tomaron a Dina de casa de Siquem y se fueron.

27 Y los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, por cuanto habían amancillado a su hermana.

28 Tomaron sus ovejas, y sus vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,

29 y todos sus bienes; se llevaron cautivos a todos sus niños y sus esposas, y robaron todo lo que había en las casas.

30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa.

31 Y ellos respondieron: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?


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Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 10: Génesis 31-32


Capítulo 31
Jehová manda a Jacob que vuelva a Canaán, y Jacob parte en secreto — Labán lo persigue, resuelven sus diferencias y hacen un pacto de paz — Labán bendice a sus descendientes, y él y Jacob se separan.

1 Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza.

2 Miraba también Jacob el semblante de Labán y veía que no era para con él como antes.

3 También Jehová dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres y a tu parentela, y yo estaré contigo.

4 Y envió Jacob y llamó a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas,

5 y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como antes; mas el Dios de mi padre ha estado conmigo.

6 Y vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre;

7 y vuestro padre me ha engañado y me ha cambiado el salario diez veces, pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal.

8 Si él decía así: Los pintados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía así: Los listados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían listados.

9 Así quitó Dios el ganado de vuestro padre y me lo dio a mí.

10 Y sucedió que al tiempo en que las ovejas se apareaban, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados.

11 Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.

12 Y él dijo: Alza ahora tus ojos y verás que todos los machos que cubren a las ovejas son listados, pintados y abigarrados, porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

13 Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra y donde me hiciste un voto. Levántate ahora, y sal de esta tierra y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.

14 Y respondieron Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Tenemos todavía parte o heredad en la casa de nuestro padre?

15 ¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio?

16 Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, es nuestra y de nuestros hijos; ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

17 Entonces se levantó Jacob y subió a sus hijos y a sus esposas sobre los camellos.

18 Y puso en camino todo su ganado y todo lo que había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padán-aram, para volverse a Isaac, su padre, en la tierra de Canaán.

19 Y Labán había ido a trasquilar sus ovejas, y Raquel hurtó los ídolos de su padre.

20 Y engañó Jacob el corazón de Labán arameo al no hacerle saber que huía.

21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó y pasó el río, y puso su rostro hacia los montes de Galaad.

22 Y fue dicho a Labán al tercer día que Jacob había huido.

23 Entonces tomó a sus parientes consigo, y fue tras él camino de siete días, y le alcanzó en los montes de Galaad.

24 Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate de hablar a Jacob descomedidamente.

25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob; y éste había fijado su tienda en el monte; y Labán la asentó con sus parientes en el monte de Galaad.

26 Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me engañaste el corazón y has traído a mis hijas como prisioneras de guerra?

27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste y no me avisaste, para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa?

28 Ni aun me dejaste besar a mis hijos y a mis hijas. Ahora locamente has hecho.

29 Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de vuestro padre me habló anoche diciendo: Guárdate de hablar a Jacob descomedidamente.

30 Y ya que te ibas porque añorabas la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses?

31 Y Jacob respondió y dijo a Labán: Porque tuve miedo, pues dije que quizá me quitarías por la fuerza tus hijas.

32 Aquel en quien halles tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga que sea tuyo y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.

33 Y entró Labán en la tienda de Jacob, y en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel.

34 Y tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán por toda la tienda y no los halló.

35 Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti, pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

36 Entonces Jacob se enojó y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado para que con tanto ardor hayas venido persiguiéndome?

37 Ya que has buscado entre todos mis bienes, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros dos.

38 Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.

39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras; yo pagaba el daño; lo hurtado, así de día como de noche, de mi mano lo reclamabas.

40 Me encontraba que de día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos.

41 Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas y seis años por tu ganado; y has cambiado mi salario diez veces.

42 Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero vio Dios mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.

43 Y respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío. ¿Y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas o a sus hijos que ellas han dado a luz?

44 Ven, pues, ahora, hagamos pacto tú y yo; y sea por testimonio entre tú y yo.

45 Entonces Jacob tomó una piedra y la levantó por señal.

46 Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un montón; y comieron allí sobre aquel montón.

47 Y lo llamó Labán Jegar Sahaduta; y lo llamó Jacob Galaad.

48 Porque Labán dijo: Este montón de piedras es testigo hoy entre tú y yo. Por eso fue llamado su nombre Galaad.

49 Y Mizpa, por cuanto dijo: Vigile Jehová entre tú y yo cuando nos apartemos el uno del otro.

50 Si afligieres a mis hijas o si tomares otras esposas además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre tú y yo.

51 Dijo más Labán a Jacob: He aquí este montón de piedras, y he aquí esta señal que he erigido entre tú y yo.

52 Testigo sea este montón de piedras, y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré contra ti de este montón, ni tú pasarás de este montón ni de esta señal contra mí, para mal.

53 El Dios de Abraham y el Dios de Nacor, el Dios de sus padres, juzgue entre nosotros. Y Jacob juró por el temor de Isaac, su padre.

54 Entonces Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan y durmieron aquella noche en el monte.

55 Y se levantó Labán de mañana, y besó a sus hijos y a sus hijas y los bendijo; y regresó y se volvió a su lugar.

Capítulo 32

Jacob ve ángeles — Le pide a Dios que lo proteja de Esaú, para quien prepara presentes — Jacob lucha toda la noche con un mensajero de Dios — Se cambia el nombre de Jacob por el de Israel — Jacob ve a Dios cara a cara.

1 Y Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios.

2 Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es éste; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.

3 Y envió Jacob mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la tierra de Seir, campo de Edom.

4 Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado y allá me he quedado hasta ahora;

5 y tengo vacas, y asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia ante tus ojos.

6 Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Fuimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él.

7 Entonces Jacob tuvo gran temor y se angustió; y dividió en dos campamentos la gente que tenía consigo, y las ovejas, y las vacas y los camellos;

8 y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará.

9 Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, oh Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien;

10 menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos.

11 Líbrame ahora de manos de mi hermano, de manos de Esaú, porque le temo; no sea que venga y me hiera a mí y a las madres con los hijos.

12 Y tú has dicho: Yo te haré bien y haré que tu descendencia sea como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

13 Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú:

14 doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,

15 treinta camellas paridas con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos.

16 Y los entregó en manos de sus siervos, cada manada de por sí, y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí y poned espacio entre manada y manada.

17 Y mandó al primero, diciendo: Si mi hermano Esaú te encuentra, y te pregunta, diciendo: ¿De quién eres? ¿Y adónde vas? ¿Y para quién es esto que llevas delante de ti?

18 Entonces dirás: Es un presente de tu siervo Jacob que envía a mi señor Esaú; y he aquí, también él viene detrás de nosotros.

19 Y mandó también al segundo, y al tercero y a todos los que iban detrás de aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto diréis a Esaú cuando le halléis.

20 Y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene detrás de nosotros. Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro; quizá así me acepte.

21 Y pasó el presente delante de él; y él durmió aquella noche en el campamento.

22 Y se levantó aquella noche, y tomó a sus dos esposas, y a sus dos siervas y a sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.

23 Los tomó, pues, y los hizo pasar el arroyo, e hizo pasar todo lo que tenía.

24 Y se quedó Jacob solo, y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

25 Y cuando vio el varón que no podía con él, le tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob dijo: No te dejaré, si no me bendices.

27 Y él le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

29 Entonces Jacob le preguntó y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y él respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar Peniel, porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.

31 Y al pasar por Peniel, salió el sol; y cojeaba de su cadera.

32 Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob en este sitio de su muslo, en el tendón que se contrajo.




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