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martes, 10 de abril de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 91: 1 Samuel 22-24


Primer libro de
Samuel..Capítulo 22
David gana seguidores — Va de un lugar a otro huyendo de Saúl — Saúl mata a los sacerdotes que fueron bondadosos con David.

1 Y David se fue de allí y escapó a la cueva de Adulam; y cuando lo oyeron sus hermanos y toda la casa de su padre, descendieron allá a él.

2Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos. Y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.

3Y se fue David de allí a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Yo te ruego que mi padre y mi madre estén con vosotros hasta que sepa lo que Dios hará de mí.

4Los trajo, pues, a la presencia del rey de Moab, y habitaron con él todo el tiempo que David estuvo en el lugar fuerte.

5Y el profeta Gad dijo a David: No te quedes en este lugar fuerte; anda y vete a la tierra de Judá. Y David partió y llegó al bosque de Haret.

6Y oyó Saúl que se había sabido de David y de los que estaban con él. Y estaba sentado Saúl en Gabaa debajo de un tamarisco en Ramá, y tenía su lanza en su mano, y todos sus criados estaban alrededor de él.

7Y dijo Saúl a sus criados que estaban alrededor de él: Oíd ahora, hijos de Benjamín. ¿Os dará también a todos vosotros el hijo de Isaí tierras y viñas, y os hará a todos vosotros jefes de millares y jefes de centenas,

8para que todos vosotros hayáis conspirado contra mí? ¿Y no hay quien me descubra al oído cómo mi hijo ha hecho alianza con el hijo de Isaí, ni hay ninguno de vosotros que se conduela de mí y me descubra cómo mi hijo ha sublevado a mi siervo contra mí, para que me aceche, como lo hace hoy?

9Entonces Doeg, el edomita, que era el principal entre los siervos de Saúl, respondió y dijo: Yo vi al hijo de Isaí que fue a Nob, a Ahimelec hijo de Ahitob.

10Y éste consultó a Jehová por él, y le dio provisiones y también le dio la espada de Goliat, el filisteo.

11Y el rey envió a llamar al sacerdote Ahimelec hijo de Ahitob y a toda la casa de su padre, los sacerdotes que estaban en Nob; y todos vinieron al rey.

12Y Saúl le dijo: Oye ahora, hijo de Ahitob. Y él dijo: Heme aquí, señor mío.

13Y le dijo Saúl: ¿Por qué habéis conspirado contra mí, tú y el hijo de Isaí, cuando tú le diste pan y espada, y consultaste a Dios por él, para que se levantase contra mí y me acechase, como lo hace hoy?

14Entonces Ahimelec respondió al rey y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, que además es yerno del rey, y jefe de tu guardia y es ilustre en tu casa?

15¿Acaso he comenzado yo desde hoy a consultar a Dios por él? Lejos sea de mí; no culpe el rey de cosa alguna a su siervo ni a toda la casa de mi padre, porque tu siervo ninguna cosa sabe de este asunto, ni grande ni pequeña.

16Y el rey le dijo: Sin duda morirás, Ahimelec, tú y toda la casa de tu padre.

17Entonces dijo el rey a la gente de su guardia que estaba alrededor de él: Volveos y matad a los sacerdotes de Jehová, porque también la mano de ellos está con David, pues sabiendo ellos que huía, no me lo descubrieron. Pero los siervos del rey no quisieron extender sus manos para matar a los sacerdotes de Jehová.

18Entonces dijo el rey a Doeg: Vuélvete y arremete contra los sacerdotes. Y se volvió Doeg, el edomita, y arremetió contra los sacerdotes y mató en aquel día a ochenta y cinco hombres que vestían efod de lino.

19Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de espada, tanto a hombres como a mujeres, a niños y a niños de pecho, bueyes y asnos y ovejas, todo a filo de espada.

20Pero uno de los hijos de Ahimelec hijo de Ahitob, que se llamaba Abiatar, escapó y huyó tras David.

21Y Abiatar contó a David cómo Saúl había matado a los sacerdotes de Jehová.

22Y le dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg, el edomita, ciertamente se lo había de hacer saber a Saúl. Yo he ocasionado la muerte a todas las personas de la casa de tu padre.

23Quédate conmigo; no temas. Quien busque mi vida buscará también la tuya, pero conmigo estarás a salvo.

Primer libro de
Samuel..Capítulo 23

David mata a los filisteos y salva a Keila — Continúa huyendo de Saúl — Jonatán le consuela en Zif.

1 Y dieron aviso a David, diciendo: He aquí que los filisteos combaten contra Keila y roban las eras.

2Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Iré a atacar a estos filisteos? Y Jehová respondió a David: Ve, ataca a los filisteos y libra a Keila.

3Pero los que estaban con David le dijeron: He aquí que nosotros aquí en Judá estamos con miedo; ¿cuánto más si vamos a Keila contra el ejército de los filisteos?

4Entonces David volvió a consultar a Jehová. Y Jehová le respondió y dijo: Levántate, desciende a Keila, porque yo entregaré en tus manos a los filisteos.

5Partió, pues, David con sus hombres a Keila, y peleó contra los filisteos, y se llevó sus ganados y los hirió con gran mortandad; y libró David a los habitantes de Keila.

6Y aconteció que cuando Abiatar hijo de Ahimelec huyó adonde estaba David, en Keila, descendió con un efod en la mano.

7Y le fue dicho a Saúl que David había venido a Keila. Entonces dijo Saúl: Dios lo ha entregado en mis manos, porque él mismo se ha encerrado, habiendo entrado en una ciudad con puertas y cerraduras.

8Y convocó Saúl a todo el pueblo a la batalla para descender a Keila y poner sitio a David y a sus hombres.

9Mas entendiendo David que Saúl ideaba el mal contra él, dijo al sacerdote Abiatar: Trae el efod.

10Y dijo David: Oh Jehová Dios de Israel, tu siervo tiene entendido que Saúl trata de venir contra Keila para destruir la ciudad por causa mía.

11¿Me entregarán los señores de Keila en sus manos? ¿Descenderá Saúl, como tu siervo ha oído? Oh Jehová Dios de Israel, te ruego que lo declares a tu siervo. Y Jehová dijo: Sí, descenderá.

12Dijo luego David: ¿Me entregarán los de Keila a mí y a mis hombres en manos de Saúl? Y Jehová respondió: Os entregarán.

13David entonces se levantó con sus hombres, que eran como seiscientos, y salieron de Keila y anduvieron de una parte a otra. Y llegó la nueva a Saúl de que David se había escapado de Keila, y desistió de salir.

14Y David se quedó en el desierto, en lugares fuertes, y habitaba en la región montañosa del desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.

15Viendo, pues, David que Saúl había salido en busca de su vida, se quedó él en Hores, en el desierto de Zif.

16Entonces se levantó Jonatán hijo de Saúl y fue a David en Hores, y fortaleció su mano en Dios.

17Y le dijo: No temas, porque no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti; y aun Saúl mi padre así lo sabe.

18Y ambos hicieron un pacto delante de Jehová; y David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.

19Y subieron los de Zif a decir a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en nuestra tierra en las peñas de Hores, en el collado de Haquila, que está al sur de Jesimón?

20Por tanto, oh rey, desciende ahora pronto, conforme a todo el deseo de tu alma, y nosotros lo entregaremos en manos del rey.

21Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová, porque habéis tenido compasión de mí.

22Id, os ruego; aseguraos bien, averiguad y ved el lugar de su escondite y quién lo ha visto allí, porque se me ha dicho que él es astuto en gran manera.

23Observad, pues, y averiguad acerca de todos los escondrijos donde se oculta; y volved a mí con la información precisa, y yo iré con vosotros. Y acontecerá que si él está en la región, yo le buscaré entre todos los millares de Judá.

24Y ellos se levantaron y se fueron a Zif delante de Saúl. Pero David y su gente estaban en el desierto de Maón, en la llanura que está al sur de Jesimón.

25Y partió Saúl con su gente a buscarlo; pero fue dado aviso a David, y éste descendió a la peña y se quedó en el desierto de Maón. Y cuando Saúl oyó esto, persiguió a David en el desierto de Maón.

26Y Saúl iba por un lado del monte, y David con los suyos, por el otro lado del monte; y se daba prisa David para escapar de Saúl, porque Saúl y los suyos habían rodeado a David y a su gente para capturarlos.

27Entonces llegó un mensajero a Saúl, diciendo: Ven pronto, porque los filisteos han hecho una incursión en el país.

28Volvió, por tanto, Saúl de perseguir a David y partió contra los filisteos. Por esta causa pusieron por nombre a aquel lugar Sela-hama-lecot.

29Entonces David subió de allí y habitó en los lugares fuertes en En-gadi.

Primer libro de
Samuel..Capítulo 24

David ve a Saúl en una cueva y le perdona la vida — Saúl confiesa que David es más justo que él — David jura que no destruirá la descendencia de Saúl.

1Y aconteció que cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí que David está en el desierto de En-gadi.

2Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.

3Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y los suyos estaban en el fondo de la cueva.

4Entonces los de David le dijeron: He aquí, éste es el día del que te ha dicho Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tus manos, y harás con él como te parezca. Y se levantó David y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.

5Y aconteció después de esto que se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.

6Y dijo a los suyos: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él, porque es el ungido de Jehová.

7Así contuvo David a los suyos con estas palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.

8También David se levantó después y, saliendo de la cueva, dio voces detrás de Saúl, diciendo: ¡Mi señor, el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra e hizo reverencia.

9Y dijo David a Saúl: ¿Por qué escuchas las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?

10He aquí, hoy han visto tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová.

11Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano, porque yo corté la orilla de tu manto y no te maté. Reconoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mis manos, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela.

12Juzgue Jehová entre yo y tú, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti.

13Como dice el proverbio de los antiguos: De los inicuos saldrá la iniquidad, así que mi mano no será contra ti.

14¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?

15Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre yo y tú. Él vea y sustente mi causa y me libre de tu mano.

16Y aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es ésta la voz tuya, David, hijo mío? Y alzó Saúl su voz y lloró.

17Y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal.

18Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien, pues no me has dado muerte, habiéndome puesto Jehová en tus manos.

19Porque, ¿quién halla a su enemigo y lo deja ir sano y salvo? Jehová te pague con bien lo que en este día has hecho conmigo.

20Y ahora, he aquí, yo entiendo que ciertamente tú has de reinar, y que el reino de Israel será establecido en tu mano.

21Júrame, pues, ahora por Jehová que no destruirás mi descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la casa de mi padre.

22Entonces David se lo juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y los suyos subieron al lugar fuerte.





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